
Doña Melchora Ruiz
vecina de la Puebla de
Nerja
capital contra
Luis de Santiago, su
marido
En la villa de Frigiliana, en primero
día de el mes de noviembre de
mil setecientos sesenta y
cinco años, ante mí el escribano público
de ella y de los testigos
aquí contenidos, pareció Luis
Santiago, vecino de la Puebla de Nerja, a
quien doy fe conozco y dijo: que para servicio
de Dios Nuestro Señor está casado de segundas
nupcias con doña Melchora Ruiz, y han
recibido las demás bendiciones dispuestas por
el santo Concilio de Trento; ya supo de
la dicha doña Melchora trajo diferentes
muebles suyos propios y algunos raíces que
heredó de sus padres, cuyos bienes fueron
valuados y apreciados por peritos que para ello
fueron nombrados por ambas partes, de
cuyos bienes le ha pedido le otorgue recibo
para excusar litigios entre los herederos
de uno y otro matrimonio; y conociendo ser
justo lo quiere hacer, y poniéndolo en
ejecución por aquella vía y forma que
más haya lugar en derecho, y siendo
sabedor de el que en este caso le pertenece
y confesando esta relación por cierta
y valedera, otorga que ha recibido de
la dicha doña Melchora Ruiz, su mujer,

los bienes siguientes:
Primeramente, una basquiña de tafetán negra
en precio y cantidad de doscientos reales vellón.
Un guardapiés de floripón morado en
trescientos reales.
Otro de rue con picado en ciento y
cincuenta reales.
Una almilla de lo mismo en sesenta reales.
Otra de tafetán azul doble en cuarenta
reales.
Otra de medio pelo negro en veinte reales.
Un guardapiés de calamaco en cien reales.
Un delantal de holanda y otro de noviciote
en treinta reales.
Una mantilla de bayeta ordinaria a once reales.
Otra franela en cincuenta reales.
Unos vuelos de holanda vareados en diez reales.
Tres corbatas de holanda clarín, treinta reales.
Un pañuelo de holanete en veinte reales.
medio pañuelo de borcelano bordado treinta,
digo en veinte reales.
Tres paletinas de holanda y gasa en veinte reales.
Cuatro petos de varias telas en veinte reales.
Tres tumbagas finas cuarenta y cinco reales.
Un aderezo de Francia en cincuenta reales.
Dos gargantillas en seis reales.
Una cruz de lazo en veinte reales.
Dos camisas nuevas de tiradizo en cincuenta reales.
Unas enaguas blancas en veinte y cinco reales.
Un pañuelo azul y blanco en diez reales.
Un par de medias de seda diez y ocho reales.
Un par de calcetas nuevas seis reales.
Tres abanillos de hueso veinte reales.
Dos rosarios en diez reales.

Tres pares de botones de plata, diez y seis reales.
Un colchón con lana, sesenta reales.
Tres sábanas de tiradizo, sesenta reales.
Dos sábanas delgadas en cien reales.
Una colcha de calamaco en cincuenta reales.
Tres almohadas delgadas con randas finas en
cincuenta reales.
Tres servilletas y una tabla de manteles, veinte reales.
Una silla de vaqueta en ocho reales.
Un velón de metal en cuarenta y cinco reales.
Una chocolatera en doce reales.
Un perol de azófar en treinta reales.
Un cacillo de lo mismo en seis reales.
Una sartén grande y otra pequeña en
veinte y seis reales.
Una espetera en dos reales.
Un candil en un real.
Un espejo en seis reales.
Un salero de barro, un real.
Una peinilla de plata en diez reales.
Un escapulario bordado con oro, cuatro reales.
Cuatro lazos de cinta, dos reales.
Un arca grande de pino, veinte y cuatro reales.
Un par de zapatos a la inglesa en catorce reales.
Un almirez con su mano en treinta reales.
Dos fundas de almohadas con lana, doce reales.
Tres cucharas de peltre en seis reales.
Cinco láminas de diferentes imágenes en
quince reales.
Un tonel de cabida de treinta arrobas y
leños de hierro en cien reales.
Una sera de higos de a cuatro arrobas
en veinte y cuatro reales.
Once arrobas de vino en noventa reales.
Cinco marjales de tierra de riego en la
vega de dicha Puebla bajo de
diferentes linderos en precio y cantidad de
seiscientos reales.
Una obrada de majuelo para vino en
el pago de la haza llana, linde otros
de los demás herederos de don
Fernando de Aranda, beneficiado que fue de
la misma Puebla en precio de
doscientos reales.
Otra obrada de viña en dicho pago y
bajo de los mismos linderos en precio de
trescientos reales.
Siete higueros en dichas viñas en cien reales.
Media fanega de trigo en veinte reales.
Y en la casa de la plaza de la misma
Puebla, linde a la casa de Luis
Villasclaras, cien reales.
Importan dichas partidas tres mil
cuatrocientos y ochenta reales; que todos los
enunciados bienes confiesa haber recibido de
dicha doña Melchora Ruiz su mujer y por
propios de esta, de cuyos bienes y sus
aprecios se da por entregado y contento
a su voluntad sobre que renuncia la
excepción de la nom numerata pecunia,
leyes de la entrega, prueba del recibo,
dolo y engaño, y demás que en esta razón
tratan como en ellas y cada una se
contiene; y se obliga a mantener dichos
bienes para entregarlos a la dicha
su mujer y quien su causa hubiere
cada que según derecho corresponda, y
no usará del derecho de retención de lo
mueble, pues este lo renuncia y a todo
ello consiente se le apremie y ejecute
en virtud de esta escritura y el
juramento de quien fuere parte, en quien
difiere su liquidación y releva de
otra prueba y a el cumplimiento firmeza
y seguridad de lo que dicho es obliga
su persona y bienes muebles y raíces
habidos y por haber, y da poder a todos los
jueces y justicias de majestad para que le
apremien y ejecuten con todo rigor
de derecho a el cumplimiento de lo que dicho es,
como por sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada, consentida
y no apelada sobre que renuncia
todas las leyes, fueros y derechos de su
favor y defensa con la general
de ellos en forma y en testimonio, de
lo cual otorga la presente que
firmó siendo testigos Antonio Villasclaras,
Francisco de Acosta y Francisco de Navas
Mansilla, todos vecinos de esta villa de
que doy fe.
Luis de Santiago
Ante mí
Juan José Rodríguez
escribano público