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Maarten Janssen, 2014-

JA1702I2586

Capital de los bienes que aporta Francisco de Montoro a su matrimonio con Catalina Fernández

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En la villa de Villacarrillo, en ocho días del mes de enero de mil y setecientos y dos años, ante mí, el escribano público del número y los testigos parecieron presentes, de la una parte, Francisco Montoro, hijo legítimo y natural de García Martínez de Montoro y de Catalina Muñoz, vecina de esta villa, y de la otra, Catalina Fernández, hija legítima y natural de Tomé de Mora y de Juana Martínez, difuntos, vecinos que fueron de esta dicha villa. Y por cuanto a servicio de Dios Nuestro Señor y con su gracia estamos tratados de nos casar según orden de nuestra Santa Madre Iglesia, y por cuanto el dicho Francisco de Montoro, entra a el matrimonio ciertos bienes suyos propios y de ellos quiere hacer capital, y poniéndolo en ejecución y para que en todo tiempo conste de los bienes que entra a dicho matrimonio, apreciados por personas que de su valor tienen entera noticia y de consentimiento de ambas partes, son los siguientes: Una túnica nazarena con sus capillo y cordones estrenada en cuarenta y dos reales. Cinco camisones de cáñamo, los tres, digo, todos estrenados, en ochenta reales todos. Cinco pares de calzones de cáñamo, los cuatro pares estrenados y el otro par nuevo, todo ello en treinta y dos reales todos. Otro camisón y calzones de naval nuevos y labrados en cuarenta y ocho reales todo. Tres pares de calcetas, las unas de lino y las otras de cáñamo, ambas nuevas, y las otras de cáñamo a medio traer, en veinte y dos reales todas. Otro par de medias de estambre azules estrenadas en doce reales. Dos corbatas, la una y la otra de naval estrenadas con sus encajes, en seis reales ambas. Dos valonas con sus encajes, la una nueva

y la otra estrenada, ambas a dos en treinta reales. Un sombrero negro doble en diez reales. Otro sombrero nuevo en doce reales. Dos pares de zapatos, los unos blancos y los otros negros, estrenados, en veinte y dos reales ambos. Dos pares de polainas, las unas nuevas y las otras estrenadas en seis reales ambas. Un mulo de pelo castaño de seis años con su aparejo en setecientos y cincuenta reales. Un arado aperado con todo lo necesario, en sesenta y siete reales todo ello. Otro arado aperado con todo lo necesario en cincuenta y cuatro reales, en que se comprende una barra de hierro. Una azada grande estrenada en veinte y ocho reales. Un hocino de buen mediano en nueve reales. Tres serones de esparto, dos cubiertas de esparto nuevas, y un harnero de esparto y una serilla, todo ello en trece reales. Una manta de jerga estrenada en veinte reales. Dos pares de jamugas en tres reales ambas. Ítem catorce fanegas de tierra alzadas y y señadas y sembradas de trigo, en que se comprende las obradas de dicha siembra y trigo que en ella entró, que todo junto, apreciado por labradores de esta villa, importa quinientos y cincuenta y un reales. Cuatro fanegas de cebada sembradas sobre rastrojo, y se tasa así la cebada que se sembró como las obradas que entraron en ella en sesenta y cinco reales. Cinco fanegas de escaña sembradas en diferentes tierras, de que se ha de pagar terrazgo, y así dicha escaña como las obradas que entraron en hacer dicha siembra importa todo ello sesenta y un reales. Veinte y seis fanegas de cebada, a precio cada una de ocho reales, y montan doscientos reales.

Veinte y cinco cargas de paja, a precio cada una de cuatro reales, y montan cien reales. Ciento y cincuenta y dos fanegas de trigo, a precio cada una de veinte reales, y montan tres mil y cuarenta reales, y de estas están en ser ochenta y cinco fanegas de trigo y las demás restantes las tiene prestadas a diferentes vecinos de esta villa, las cuales ha de cobrar el agosto que viene de este presente año. Un barragán de color de ámbar forrado, estrenado, en ciento y diez reales. hungarina y calzones de paño fino estrenado en ochenta y ocho reales. Un jubón de serafina nuevo en cincuenta y cinco reales. Un ferreruelo, capote y calzones de paño pardo estrenado en setenta y siete reales. Otro jubón de estopa y lana y otro par de calzones de paño fino a medio traer, todo ello en veinte y cinco reales. Dos monteras, la una de barragán nueva y la otra de paño a medio traer, ambas a dos en veinte reales. Un pesebre de palo a medio traer en doce reales. Doscientos ramales en seis reales. Una horca, una pala y un garbillo, todo ello en cinco reales. Dos calabazas enredadas, la una de media arroba y la otra más mediana, en tres reales ambas. Dos espadas con guarnición, la una de bernegal y la otra de concha, ambas a dos en cuarenta reales. Un jamón de pernil que pesa quince

libras y a precio cada una de, digo, de veinte y cuatro reales. Cuarenta reales de cuatro obradas que le están debiendo Bernabé Trapero y Francisco Corenzi, vecinos de esta villa, y a precio de diez reales cada una, importan dicha cantidad. Montan los bienes de este capital juntos y en una suma dos mil ochocientos y ochenta y ocho reales.

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