GR1753D9043

Pleito incoado de oficio por la justicia de Montefrío contra Dionisio de Aranda, sobre haber herido en una mano a Juan Ramón Pasadas, vecino de dicha villa

Fecha1753
LocalidadEspaña, Granada, Montefrío
ProyectoHISPATESD: Hispanae Testium Depositiones. Las declaraciones de testigo en la historia de la lengua española. 1492-1833
FinanciaciónMINECO/AEI/FEDER/UE: FFI2017-83400-P, 2018-2021
ArchivoArchivo de la Real Chancillería de Granada
ID del manuscritoARCHGR 5233/021

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Auto: En la villa de Montefrío, a primero día de el mes de enero de mil setecientos cincuenta y tres años, su merced don Mateo Gordo Cervera, alcalde actual de esta villa, dijo se le ha dado noticia cómo la próxima noche pasada, ya tarde, ha habido cuestión y pendencia de que ha resultado un herido, el cual se halla refugiado en el hospicio de Señor San Antonio de esta villa. Con cuya noticia, para practicar las diligencias, pasó a las casas de la morada de don Tomás Ruiz de Morón, escribano público, a quien halló accidentado para no poder asistirle. Y en consecuencia de que asimismo se halla en la ciudad de Granada don Francisco Díaz Otaza, escribano de el número de esta dicha villa, me requirió su merced a , el presente notario apostólico, para que le asistiese a las diligencias de esta causa, a lo que por dichas razones estoy pronto a dicha asistencia. Y mandó que, para justificar el hecho de dicha noticia, se pase a dicho hospicio a recibirle su declaración a el refugiado en él, para averiguar la verdad, prender reos que resultaren culpados, embargar sus bienes y las demás diligencias que sean conducentes, para de todo ello dar cuenta a el señor alcalde mayor de la real justicia de la ciudad de Granada. Y el ejecutarse dichas diligencias en este papel común es por no haberlo este día, en esta villa, sellado de este presente año. Así lo proveyó, mandó y firmó. Mateo Gordo Cervera Juan de Velasco Mayorgas, notario. Diligencia de la declaración de el refugiado. En la villa de Montefrío, a primero día de el mes de enero de mil setecientos cincuenta y tres años, incontinenti su merced dicho alcalde, asistido de el presente notario y ministros, se pasó a el hospicio de Señor San Antonio de esta villa para efecto de recibirle su declaración a el refugiado herido, habiendo precedido el recado político a el muy reverendo padre vicario para que diese su licencia para dicho efecto. Y, habiéndola dado, se entró en él. Y, preguntado dónde se hallaba el herido que se enuncia en el auto que está por cabeza, se pasó a la celda donde está, el que se halló en cama, en cuya vista su merced dicho alcalde, por ante el presente notario, le recibió juramento por Dios y una cruz según derecho. Y habiendo jurado prometió decir verdad. Y, siendo preguntado a el tenor de el precitado auto y otros particulares, dijo y depuso lo siguiente: Preguntado cómo se llama, cúyo hijo es, qué edad y estado tiene y de dónde es vecino, dijo se llama Juan Ramón Pasadas, y es hijo legítimo de Agustín Pasadas, difunto, y de María Castilla, vecinos que son y fue de esta villa, de ejercicio sirviente de el campo, de estar acomodado con labradores para con su salario mantener a su madre y a dos hermanas de estado doncellas, y que es de edad de veinte años, y responde. Preguntado qué causa o motivo tiene para hallarse refugiado en este hospicio, por qué se halla en cama, sobre qué accidentes, dijo que en la noche de el día de ayer, siendo como a horas de las once de la noche, poco más o menos, habiendo como noche festiva concurrido solo a una de las casas que están camino de el Calvario a una fiesta que había, en la que vive María de Osuna, viuda de Diego de Vega; concluida dicha fiesta a la referida hora, en la misma forma solo, se venía a recoger a su casa por la calle que llaman Nueva, donde estaban dos hombres, el que le salió uno diciendo: ¿Qué se ofrece, amigo? Y le respondió el que declara: Nada, ¿qué se ha de ofrecer? Y conoció ser este Dionisio de Aranda, hijo de Bartolomé de Aranda, de estado soltero, el cual le replicó: Yo entendí que se ofrecía alguna cosa, ¿hay por ahí arriba alguna fiesta? A lo que le respondió el que declara: Ya se ha rematado. Y con esto el Dionisio y el que venía en su compañía se fueron a una casa que está principio a hacer más arriba de la que vive Juan de Mira, y el que declara se arrimó a la esquina de la casa que vive Juan de Mira. Y estando a allí se vino hacia el Dionisio y le dijo: ¿Qué se hace aquí? ¿No ve usted que hay aquí dos hombres? ¿A qué se viene a poner a aquí?. Y el que declara le respondió: ¿No ve usted que esta es mi calle? ¿No iré yo donde me diere gana? A cuya respuesta el dicho Dionisio arrancó de una espada, y por pronto que que quiso ser el que declara a sacar la suya no pudo tener defensa, mas de reparo con el brazo izquierdo. Y de el golpe que le dio, sin más de uno le derribó la mano izquierda por la misma muñeca, la que quedó en el suelo de aquel sitio, retirándose dicho Dionisio y su acompañado, a quien no conoció. Y el que declara se fue a las casas de su morada, y llamando a la puerta le respondió su madre que la llave tenía bajo la puerta, y le respondió: No puedo porque traigo una mano menos, vaya VM a tal sitio a recogerla no la tropiece algún perro y se la coma. Por lo que se fue solo a el refugio en que se halla, el que manifestó dicha mano estar dividida de el brazo, y que se la había curado Juan Cepero por mandado de su merced, y responde. Preguntado si con el dicho Dionisio ha tenido en algún tiempo alguna enemistad o motivo para que acaeciera semejante lance, y si antes de estar en dicha fiesta había tenido desazón alguna con pariente o amigo de dicho Dionisio, y si encontró más personas que el referido y acompañado, dijo que nunca ha tenido comercio, trato ni comunicación con el dicho Dionisio en todo el tiempo de su vida, y que no conoció, como lleva referido, a el dicho acompañado, ni concurrió otra persona alguna, y responde. Y aunque se le han hecho otras diferentes preguntas y repreguntas, dijo no sabe más que lo que deja declarado, que es la verdad bajo de el juramento que deja hecho. No firmó porque dijo no saber, por lo que su merced dicho alcalde mandó cesar en esta declaración para repetir en ella cada que convenga. Y lo firmó, y yo el infrascrito notario, de que doy fe. Mateo Gordo Cervera ante Juan de Velasco Mayorgas, notario. Declaración de Cristóbal Mercado. En la villa de Montefrío, en el dicho día dos de enero de dicho año, su merced dicho alcalde, por ante el presente notario, recibió juramento por Dios y una cruz según derecho de Cristóbal Mercado, vecino de esta villa y preso en la cárcel pública de ella, el que habiendo jurado ofreció decir verdad. Y, siendo preguntado a el tenor de los particulares de esta causa, dijo y depuso lo siguiente: 1 Preguntado dónde estuvo la noche última de el mes pasado con qué personas anduvo junto y a qué hora se recogió a sus casas, dijo que, habiendo salido después de las oraciones de dicha noche, se acompañó con Juan Ramón Pasadas, por tener con el referido grande amistad, y le dijo: Vamos a una fiesta que hay en el barrio de las Erillas de esta villa. Y con efecto fueron a ella y estuvieron un rato viendo dicha fiesta, y responde. Preguntado qué personas estaban en dicha fiesta, dijo no conoció a ninguna. Y, después de haber estado en dicha fiesta, se vino acompañado de Juan Ramón Pasadas y Francisco de Flores Alcaraz hasta llegar a el derecho de la esquina de don Alfonso Pérez y en que va a la calle Baja de la Fuente de Íllora, donde el que declara vive, para irse a recoger a dicha su casa, siendo como a hora de las nueve de la noche de dicho día. Y los dichos Juan Ramón Pasadas y Francisco de Flores Alcaraz se separaron de dicho sitio y subieron a la plaza pública. Y, habiendo llegado a dicha su casa, halló en ella acostados en la cocina a Cristóbal Valverde y a Francisco de Ocaña, solteros, e incorporado con ellos se acostó el que declara con los referidos, y hasta que fue de día estuvieron en su cama. Y luego que oyeron tocar a misa en el hospicio de Señor San Antonio de esta villa el día de año nuevo, primero de este presente mes, se levantaron y fueron a oírla. Y, habiendo salido de dicho hospicio, en la placeta de él oyó decir públicamente se hallaba refugiado el dicho Juan Ramón Pasadas por haberle cortado una mano Dionisio de Aranda, de que le ocasionó gran novedad, y responde. Y, aunque se le han hecho diferentes preguntas y repreguntas, dijo no sabe otra cosa más de lo que lleva declarado y que es la verdad bajo de el juramento que hecho tiene, y que es de edad de veinte años. Lo firmó, y su merced dicho alcalde. Doy fe. Mateo Gordo Cervera Cristóbal Mercado ante , Juan de Velasco Mayorgas, notario. Declaración de Dionisio de Aranda. En la villa de Montefrío, a tres días de el mes de enero de mil setecientos cincuenta y tres años, su merced dicho alcalde, continuando en estas diligencias y siendo noticiado de que Dionisio de Aranda se halla refugiado en la ermita de Nuestra Señora de el Carmen de esta villa, y precedido el recado político de su merced para el señor vicario de las iglesias de esta villa concediese su licencia para pasar a dicha ermita, la que con efecto concedió para que se le recibiese su declaración a dicho refugiado con asistencia de Nicolás Rubio Santana, su ministro eclesiástico; y, estando en la ermita su merced dicho alcalde, por ante el infrascrito notario le recibió juramento por Dios y una cruz según derecho a Dionisio de Aranda, de estado soltero, hijo legítimo de Bartolomé de Aranda y de doña María Pareja y Valenzuela, vecinos de esta villa, quien habiéndolo hecho prometió decir verdad. Y, siendo preguntado a el tenor de todos los particulares de esta causa, dijo y depuso lo siguiente: Primero. Preguntado qué causa o motivo tiene para hallarse refugiado en esta ermita, dijo que la noche de el día último de diciembre próximo pasado, habiendo estado en el sitio de el convento de esta villa, viniéndose a las casas de la morada de su padre como a horas de las once de la noche de dicho día, se detuvo en el solar de casa que está incorporada en la que vive Juan de Mira para hacer necesidad corporal. Y, habiéndose levantado, llegó un hombre a quien no conoció, diciéndole: ¿Qué se hace ahí? Le respondió: Lo que me da gana; a cuya respuesta arrancó de la espada y le tiró una estocada que le pasó el faldón de la chupa de el lado izquierdo, como se manifiesta por haberla demostrado teniéndola puesta ser así, a cuyo movimiento el que declara tiró de un sable que llevaba envainado y le dio un golpe, a cuyo tiempo se separó dicho hombre y le fue siguiendo el que declara. Y en las esquinas de el horno de la Fuente de Íllora se separaron, y el que declara se fue desde dicho sitio a casa de Francisca de Alcalde, mujer de Miguel Rincón, por haber en ella una fiesta, donde se estuvo después de la citada hora de las once hasta que fue de día. Y el saber a quién había herido fue porque la mañana de el día primero de este año lo encontró Margarita de Covaleda Mellado, y le dijo: ¿Dónde vas habiéndole cortado una mano a Juan Ramón Pasadas?; por lo que con dicha noticia con toda prisa se retiró de esta villa, y responde. Preguntado si ha tenido o tiene alguna relación con el dicho Juan Ramón Pasadas, dijo que ninguna, ni ha tenido trato ni comercio con el referido ni lo conoce, y responde. Preguntado cúyo es el sable con que dio dicho golpe, y de dónde lo ha habido, y su paradero, dijo lo compró en un baratillo en la ciudad de Granada en el agosto próximo pasado, de el cual nunca tuvo su padre noticia por tenerlo siempre oculto. Y a el tiempo que se retiró de esta villa se fue a la ciudad de Alcalá la Real, donde lo vendió, y responde. Preguntado qué personas anduvieron con él la citada noche de el lance, dijo que ninguna, como asimismo venía solo el dicho herido, a quien no conoció ni supo quién era hasta la noticia que le dio la dicha Margarita, y responde. Y, aunque se le han hecho otras diferentes preguntas y repreguntas, dijo no sabe más ni puede decir de lo que deja Declaración de Margarita Covaleda. En la villa de Montefrío, en cinco días de el mes de enero de mil setecientos cincuenta y tres años, su merced dicho alcalde, en prosecución de las diligencias de esta sumaria, hizo comparecer ante a Margarita Covaleda, mujer de Alonso de Morales, vecinos de esta villa, de la cual, por ante el presente notario, recibió juramento por Dios y una cruz según derecho, la que habiendo jurado ofreció decir verdad. Y, siendo preguntada por las particulares de esta causa y cita que en ella se le hace, dijo y depuso lo siguiente: Preguntada si la noche de el día último de el año próximo pasado vio o estuvo con Dionisio de Aranda, reo en estos autos, dijo no le vio, y que a las ocho de la noche de dicho día estaba en las casas de su morada acostada con el dicho su marido, y responde. Preguntada cómo supo y dio noticia a dicho reo, y a qué hora del día siguiente, primero de este presente año, dijo que habiéndose levantado temprano dicho día por haber oído antes de el alba llanto en dicha calle donde vive María Castilla, madre de el dicho Juan Ramón Pasadas, herido, se detuvo a el derecho de dicha puerta y oyó nombrar a Dionisio de Aranda, lamentándose la madre de dicho herido y sus hermanas de que el dicho Dionisio de Aranda le había cortado una mano a el dicho su hijo. Y, continuando la que declara por dicha calle, encontró en la callejuela que llaman de el Horno de la Fuente de Íllora que sale a el camino que va a Alcalá y a el cortijo de Bartolomé de Aranda a el Dionisio de Aranda. Y, habiendo precedido el lance de haber oído lo que deja dicho, le dijo: Buena hacienda has hecho de haberle cortado una mano a el hijo de María Castilla, que están llorando; el cual llevaba un sable envainado. Y, sin esperar a más razón, continuó aceleradamente por el camino que deja referido, y dicho encuentro fue entre seis y siete de la mañana, y responde. Preguntada si sabe o tiene noticia de que el dicho Dionisio tuviese alguna enemistad con dicho herido, dijo no sabe ni tiene noticia qué causa o motivo ha tenido para ejecutar dicha herida. Y, aunque se le hicieron otras diferentes preguntas y repreguntas, dijo no sabe más que lo que lleva declarado, y que es la verdad bajo de el juramento que deja hecho, y que es de edad treinta y cinco años. No firmó por no saber, firmolo su merced, de que doy fe. Mateo Gordo Cervera ante , Juan de Velasco Mayorgas, notario Declaración de Francisco de Flores Alcaraz. En la villa de Montefrío, a seis días de el mes de enero de mil setecientos cincuenta y tres años, su merced dicho alcalde, en prosecución de estas diligencias, hizo comparecer ante a Francisco de Flores Alcaraz, de estado soltero y vecino de esta villa, de el qual su md, por ante el presente noto, reziuio juramto por Dios y una cruz segun dro. Lo hizo y ofrezio dezir uerdad. Y, siendo preguntado a el tenor de los particulares de esta causa y citas que se le hazen, dixo es cierto que la noche ultima de el mes de dize procsimo pasado, siendo poco despues de las oraziones de ella, se encontro con Xpl Mercado y Juan Ramon Pasadas, contenidos en estos autos, y le dixeron: Hombre, ¿sabes si ai alguna fiesta donde bamos un rato? Y todos tres fueron juntos a el barrio de las Erillas, donde en una casa, que no sabe su morador, habia un baile donde se estuvieron asta las nuebe de la noche, a corta diferenzia. Y se retiraron juntos los tres y, auiendo llegado a el sitio de las esquinas de dn Alfonso Lenteno, benefiziado de esta villa, que ba a la calle Baxa de la Fuente de Yllora, adonde uiue el dho Xpl Mercado, el que se separo diziendo se iba a dormir. Y el que declara se fue acompañado con el citado Juan Ramon Pasadas hasta la casa de Sebastiana de Quebas, que esta al prinzipio de la calle Alta de dho barrio de la Fuente de Yllora, adonde auia una fiesta en la que entro el dho Juan Ramon. Y el que declara se retiro en casa de su amo, y la mañana siguiente supo ppcamente como le auian cortado una mano de el todo a el dho Juan Ramon Dionisio de Aranda, reo en esta causa. No sabe ni tiene notizia el motibo que hubo para dho lance y, aunq se le han hecho otras diferentes preguntas y repreguntas, dixo no sabe otra cosa mas de lo que dexa declarado, y que es la berdad baxo de su juramto, y que es de edad de diez y ocho aos. No firmo por no saber, firmolo su md. Doi fee. Matheo Gordo Zerbera ate my, Jua de Velasco Mayorgas, no.

Legenda:

Expansión • ConjeturaTachado • AdiciónRestitución • Sic


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