GR1707D9006

Francisco Valero de la Mota con los maestros pasteleros de Granada, sobre reconocer y embargar la manteca para cumplir las raciones de los ministros de la Chancillería

Fecha1707
LocalidadEspaña, Granada, Granada
ProyectoHISPATESD: Hispanae Testium Depositiones. Las declaraciones de testigo en la historia de la lengua española. 1492-1833
FinanciaciónMINECO/AEI/FEDER/UE: FFI2017-83400-P, 2018-2021
ArchivoArchivo de la Real Chancillería de Granada
ID del manuscritoARCHGR 4331/84

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Diligencia. Y luego incontinenti, el presente escribano, con asistencia de Andrés Ruiz, ministro de abasto, se pasó al postigo de la Magdalena, a la pastelería de Juan de Acosta; y habiéndose visitado, se hallaron siete tinajas de manteca derretida, las tres de ellas grandes y las cuatro pequeñas, de fresca y añeja, y treinta y cuatro pellas de manteca. Y en la Carrera de Genil, en la pastelería de Francisco Vázquez, se hallaron tres arrobas de manteca en pella; y en la de la pescadería, de Francisco Barcia, cuatro arrobas de pella de las seis que se le embargaron, por haber dado dos arrobas a una ración; y en la pastelería de la calle de San Matías se halló una porción de manteca derretida en una tinaja pequeña, y dos orzas; en la Carpintería se halló una olla grande de manteca derretida, y en la de las Imágenes, en la Puerta Real, no se halló manteca alguna en pella, por decir Juan Félix, maestro de pastelero en ella, no hallarla; y que de un tercio que compró del arriero de Ronda le envió a Silvestre González cuatro arrobas que le debía y le había prestado; y en la pastelería del Realejo, de Alfonso de la Rosa, se halló en un cenacho dos pellas de manteca, y en una olla otra poca derretida; y en la pastelería de Silvestre González, junto San Gil, se halló una tinaja pequeña de manteca derretida añeja, y como arroba y media de pellas, y dijo que estaba aguardando le trajesen dos cargas para cumplir con veinte y seis arrobas que había de dar por mandado del señor juez de esta causa, y lo más que pesasen dichas dos cargas para dichas raciones, que habiendo enviado por ellas para este fin, porque al tiempo de su prisión ya tenía gastada en hojaldres la mayor parte, y no la tenía entonces en ser, y se suspendió la visita de la de la calle de San Jerónimo y las demás para proseguirla cuando convenga. Y para que conste, se pone por diligencia, y lo firmó dicho ministro, e yo el escribano, de que doy fe. Andrés Ruiz de los Reyes ante , Miguel de León Gamero Testigo: Francisco de Barcia. En la ciudad de Granada, en once días del mes de febrero de mil setecientos y siete años, en cumplimiento del auto proveído por el señor don Francisco Valero de la Mota caballero del orden de Señor Santiago, juez de esta causa, por ante Andrés Ruiz, ministro de abasto, y del presente escribano, se recibió juramento a Dios y a una cruz en forma de derecho de Francisco de Barcia, vecino de esta ciudad y maestro de pastelero en la Pescadería, y lo hizo y prometió decir verdad. Y, preguntado por los particulares contenidos en dicho auto, dijo que lo que sabe y puede decir es que sabe de boca de Francisco Bermúdez, cosario de Ronda, le ha traído en tres viajes a Pedro Chamorro, maestro de pastelero en la calle de San Jerónimo, seis cargas de manteca, no sabe con cuántas arrobas, que así se lo confesó al testigo, en los tres viajes que se las trajo. Y las dos cargas de ellas venían para el testigo, y por no tener dinero con que tomarlas, le dijo dicho arriero le traería otras, que no le ha traído, y que se las dejaba con las demás a dicho Chamorro, quien se la pagaba a treinta reales. Y no sabe el testigo si dicho Pedro Chamorro ha comprado más manteca demás de dichas seis cargas que le ha traído dicho arriero, quien se lo dijo al testigo, lo cual le dijo dicho arriero habrá tres semanas, poco más o menos, y que los testimonios de dichas seis cargas precisamente se llevarían a la alhóndiga Zaida, donde tienen obligación de recogerlos y pagarse derechos, cuatro reales por cada carga. No saben si se llevaron o no, que quien lo declarará será el fiel de dicha alhóndiga, que es don Antonio, que no sabe su apellido, y que también sabe, por habérselo dicho el mismo arriero, que el susodicho trajo otras cuatro cargas habrá cuatro semanas para Francisco Pérez, maestro de pastelero en la calle de Santo Matías, con la circunstancia de que las dos de ellas vinieron en cabeza de Francisco Ortiz, pastelero de San Gregorio, su tío, y que dicho arriero le dijo que se las había alargado a dicho Francisco Pérez, su sobrino. Y que las seis arrobas de manteca que se le embargaron al testigo fueron las que trajo, una será víspera de Pascua de Navidad que le trajo dicho arriero a precio de treinta reales. Y asimismo sabe, por habérselo dicho dicho arriero, habrá quince días poco más o menos, que le trajo dicho arriero una carga de manteca a Juan Féliz, maestro de pastelero en la Puerta Real, al mismo precio. Y no sabe ni tiene noticia se haya traído a otros maestros más manteca. Preguntado si sabe qué cantidad de arrobas de manteca tendrá encerradas y recogidas dicho Pedro Chamorro, dijo que no lo sabe, más que tan solamente lo que puede decir es que, estando el testigo en la puerta de su casa después de haberse visitado las pastelerías en presencia de Alfonso de la Rosa y Francisco de Barcia, declarante, y de Antonio Varela, y de dicho Pedro Chamorro, que concurrieron todos los referidos, fue decir el testigo que se sacase la manteca que hubiese para cumplir con el señor juez, que era razón pues lo mandaba dicho señor, a que dicho Pedro Chamorro respondió que él no había de dar onza de manteca, que se defendería. Y el testigo dijo que no quería meterse en nada, y los demás que estaban presentes, que cita, callaron. Y también se acuerda se halló presente dicho ministro de abasto, y que esto fue a tiempo que le habían traído las cuatro cargas de las seis de que tiene noticia. Y, aunque se le hicieron otras preguntas y repreguntas en razón de este negocio, dijo no sabe más de lo que lleva declarado, lo cual es la verdad so cargo del dicho su juramento. Encargósele el secreto y lo prometió, y lo firmó, y que es de edad de treinta y seis años, y dicho ministro, de que doy fe. Francisco de Barcia ante Miguel de León Andrés Ruiz de los Reyes Testigo: don Antonio González. En la ciudad de Granada, y en el dicho día, mes y año dichos, en cumplimiento del auto proveído por el señor juez de esta causa, yo, el escribano, recibí juramento a Dios y a una cruz en forma de derecho de don Antonio González, vecino de esta ciudad y administrador en la alhóndiga Zaida de esta ciudad del derecho que toca a su majestad de las cargas de manteca que entran en esta ciudad. Y lo hizo y prometió decir verdad. Y, preguntado por los particulares del dicho auto, dijo que lo que sabe y puede decir es que no tiene noticia que haya entrado en esta ciudad más manteca que la de dos testimonios que entregó a dicho señor don Francisco Valero, en virtud de el auto que le fue notificado por uno de los días del mes pasado, y la que consta de los cuatro testimonios que entrega de presente a , el escribano. Que el uno de ellos lo tenía en su poder, de las dos cargas de Francisco de Barcia, maestro de pastelero en la Pescadería, de que tenía noticia el presente escribano, de cuya manteca de dicho testimonio se le hallaron en cera el susodicho, seis arrobas que le fueron embargadas. Y los otros tres testimonios se le han entregado al testigo hoy, viernes doce del corriente por la tarde, por Esteban López, compañero del testigo en dicha renta, quien dijo se los había dado un guarda de millones que había encontrado las cargas, para que cobrase el testigo los cuatro reales de derecho de cada una de los maestros a quien las han traído; que constan de dichos testimonios que el motivo que ha tenido el testigo para no haberlos presentado ha sido el no haber tenido noticia ni llegado a sus manos hasta ahora. Y no sabe ni ha llegado a entender el testigo que haya entrado otra manteca, y si la han entrado y traído el cosario de Ronda, o otra persona, habrá sido en blanco, por excusarse de pagar el derecho. Y siempre que llega noticia del testigo está pronto a declararlo. Y también sabe se le trajo una carga de manteca a Juan Félix, maestro de pastelero en la pastelería de las Imágenes, cuñado de Pedro Chamorro, maestro en la calle de San Jerónimo, no sabe quién se la trajo. Y lo sabe por habérselo dicho dicho Juan Félix al testigo, quien le respondió que el testimonio de ella no había llegado a el alhóndiga, como con efecto no llegó, ni lo ha visto el testigo, por cuyos motivos está cierto el testigo se le defrauda su renta entrándola en blanco, pues precisamente se han de surtir las pastelerías para el año por este tiempo. Y que lo que ha dicho y declarado es la verdad so cargo del dicho su juramento, y lo firmó, y dicho ministro, y que es de edad de cuarenta y ocho años. De que doy fe. González Andrés Ruiz de los Reyes ante , Miguel de León Gamero


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