Estando en el lagar que quedó por muerte de
Pérez Escallón que está en el pago de viña
de La Pulgarina, en cinco días del mes de enero
de mil seiscientos y noventa y cuatro años, yo, el escribano,
en virtud de la comunión dada por su merced, dicho
alcalde mayor, se hizo el inventario de
que pareció haber con la vasija y demás bienes,
todo en la forma siguiente:
Abriose la bodega de adentro en que estaban
diez tinajas, las seis grandes de cocer
y las cuatro medianas, todas con vino y
borra, que se regularon tener ciento y
cuarenta arrobas de vino.
Ítem, en la bodega de afuera, ocho tinajas
de cocer, la una grande, y las siete
medianas, que se regularon tener las ciento y

veinte arrobas de vino claro que el dicho
Juan Escallón Nacarino, hijo del dicho Juan
Pérez Escallón , que él di de más se había
a Cáceres, a casa del dicho su padre para el gasto
y consumo de ella y haber quedado él de más
en dichas tinajas con borra.
Ítem, una tarima de tablas con su jergón y
colchón, dos frasqueras, la una con seis frascos
y otra con cuatro, de vidrio, un velón, una bujía
y un almirez, un caldero, dos sartenes, y dos
asadores; ítem, diferentes platos y escudillas
para el servicio de dicho lagar.
Ítem, cuatro tinajillas pequeñas para vino
claro, que harán todas ocho arrobas.
Ítem, dos taburetes, dos mesas, tres silletas
de palo, cuatro tinajas de agua.
Ítem, tres cuadritos pequeños, y una cruz con un
santo Cristo pintado, cuatro cántaros de
barro, dos serones, dos covanillos, otro
taburete, un arca vieja, dos palancas de
hierro, un azadón, y cuatro picas de hierro, un
martillo, y un gatillo, y unas llares de hierro,
un cazo de azófar, seis esteras y demás
menudencias de servicio de dicho lagar.
Ponense por inventario catorce
yuntas de viña cercadas que son las del pie de el

lagar; y asimismo, otras cinco yuntas de
viña cercadas que lindan por una parte
con viñas del licenciado Juan de Figueroa, y por otra
con viñas de don Juan Muriel, que
dicho Juan Escallón Nacarino declaró
no ser más yuntas; y por no se haber
hallado más bienes en dicho lagar se
feneció por lo que a él toca dicho inventario,
y para que conste se pone por diligencia.
Por mí y ante mí,
Pedro Maderuelo