BU1718D2842

Declaración del cirujano, de una comadrona y de una testigo en el caso por la aparición de un recién nacido muerto en un pozo de la casaa de don José de Igai, vecino de Burgos

Fecha1718
LocalidadEspaña, Burgos, Burgos
ProyectoCORDEREGRA: Corpus diacrónico del español del reino de Granada. 1492-1833
FinanciaciónJunta de Andalucía/FEDER: P09-HUM 4466, 2009-2014
ArchivoArchivo Histórico Provincial de Burgos
ID del manuscritoAHPBU 6922

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Burgos. Año de 1718. Autos en razón de haber aparecido un niño muerto en el pozo de la casa de don José de Ygai. Juez: el señor teniente de corregidor Calleja. Declaración de los cirujanos: Incontinenti, dicho señor teniente de corregidor, para la referida justificación hizo parecer ante a don Miguel de Liaño y Agustín Martínez, vecinos y cirujanos de esta dicha ciudad, de los cuales y de cada uno de por su merced tomó y recibió juramento por Dios y a una cruz en forma. Y habiéndolo hecho cumplidamente, prometieron decir verdad de lo que supiesen y le fuere preguntado y, siéndolo por el dicho auto de oficio dijeron han visto, registrado y reconocido muy por menor a un niño de quien han hecho inspección, el que es recién nacido, el que parece se hallaba en un pozo de la casa de don José de Igay Fernández, y que hallaron, además de las señales de haber sido ahorcado, la cuerda y cinta que es de hiladillo, atada con bastante compresión al cuello, sobre la cual rodeaba la viel [1] con tres vueltas por donde discurren por otras señas que dicen los autores haber sido dicho niño echado en dicho pozo después de ya muerto. Y que todo lo que llevan dicho es la verdad para el juramento que hecho tienen, en que se afirmaron y ratificaron y firmaron junto con su merced, de que yo, el escribano, doy fe. Licenciado Río En la dicha ciudad de Burgos, a los dichos ocho de junio de mil setecientos y dieciocho, dicho señor teniente de corregidor, para más justificación del dicho auto de oficio hizo parecer ante a Antonia Moreno, comadre pública y asalariada de esta dicha ciudad, de la cual su merced, por ante , el escribano, tomó y recibió juramento por Dios Nuestro Señor y a una señal de cruz en toda forma y en derecho. Y cumplidamente prometió decir verdad de lo que le fuere preguntado. Y para justificación de lo contenido en el auto de oficio que va por cabeza por su merced se le hicieron las preguntas siguientes: Preguntada al tenor de dicho auto de oficio dijo no sabe, ha oído ni entendido haya sucedido el lance que expresa dicho auto de oficio hasta tanto que un ministro de su merced se la ha dado esta noticia diciéndole venga a la presencia de su merced por haberse hallado en la calle de Caldabares y casa de don José de Igay echado en un pozo a una criatura recién nacida, que es lo que puede decir en cuanto a esta pregunta y responde. Preguntada diga y declare si como tal comadre pública de esta dicha ciudad sabe, ha oído o entendido que alguna mujer sospechosa haya llegado así a la que declara como a otra de su ejercicio a participarla se haya en días de parir y que le haya dicho que cuando llegase este caso la avisaría pública o secretamente y si con efecto de pocos días a esta parte ha asistido a partear alguna o tenido noticia que alguna de sus compañeras lo haya ejecutado, dijo que en esta dicha ciudad no hay más comadre pública que la que declara y que como tal dice no ha llegado persona ninguna de ninguna clase de muchos días a esta parte a participarla se halle preñada y que la tuviese avisada para cuando llegase el caso de parir. Y que la última a que asistió habrá ocho o diez días, pero son mujeres casadas que hoy viven sus criaturas. Y que quien asiste a semejante ejercicio además de la que declara es una hija de una mujer que llamaban la Jirona que hace memoria se llama Teresa, y responde. Y que no sabe otra cosa para el juramento que hecho lleva, en que se afirmó, ratificó y no lo firmó por no saber, y declaró ser de edad de sesenta y siete años, poco más o menos. Así pasó, de que yo, el escribano, doy fe. Licenciado Río Declaración de Magdalena Romero: En la cárcel real de la ciudad de Burgos, dicho días, mes y año dichos, para efecto de tomar la declaración a una mujer presa en ella su merced la hizo parecer ante , de la cual por ante , el escribano, tomó y recibió juramento por Dios y a una cruz en forma. Y habiéndolo hecho cumplidamente, prometió decir verdad de lo que supiere y le fuere preguntado, para lo cual se le hicieron las preguntas siguientes: Preguntada diga y delcare cómo se llama, qué edad y oficio tiene y dónde es vecina, dijo se llama Magdalena Romero, que es natural de la ciudad de Palencia y al presente vive y reside por criada de don José de Igay Fernández, vecino de esta dicha ciudad, y que es moza soltera y de edad de veinticuatro años, poco más o menos, y responde. Fuele preguntado por el tenor del auto de oficio, quien dijo que en razón de lo contenido, que hoy, dicho día y a la hora de las diez de la mañana con corta diferencia, estando la declarante en la cocina de la casa de dicho su amo, oyó voces y que la llamaba Josefa de Santaolalla, a cuyas voces se asomó a una ventana la que declara y vio en el patio y arrimados al pozo de él a la susodicha, al cohcero del abad de San Millán y un licenciado llamado Pedro Ibáñez que asiste a comer de limosna algunos días en casa de dicho su amo. Y estos dijeron a la que declara que dentro de dicho pozo había una criatura, y con efecto vio que el dicho licenciado la sacaba, y la quee declara se quedó aturdida, pero no ha oído ni entendido quién la pudo echar y de quién sea ni tampoco sabe en dicho barrio haya mujer alguna sospechosa. Fuele pregeuntado por su merced qué tiempo ha falta de la dicha ciudad de Palencia y por qué motivo se salió de ella, y el que ha que sirve en dicha casa de don José de Igay, dijo que el día de San José de este año entró en esta ciudad habiendo venido en derechura de la dicha ciudad de Palencia en compañía de otros vecinos a visitar el Santísimo Cristo y no quiso volver a su tierra por los malos tratamientos que le daba su madrastra. Y por ser su padre pobre solicitó servir en esta ciudad e ínterin que logró conveniencia se estuvo en la casa de doña Teresa Álvarez de Ceitiguy, a quien conocía por haber vivido en la dicha ciudad de Palencia. Y de allí se acomodó en la casa de don José de Igay, donde ha estado y está tres meses ha con poca diferencia, y responde. Preguntada diga y declare qué más personas que la que lleva dicha tiene en esta ciudad que la conozcan dijo que solo la conoce don Fernando de la Portilla, notario mayor del tribunal eclesiástico de esta ciudad y no otro alguno, y responde. Preguntada diga y declare si durante el tiempo que ha que sirve en casa de dicho don José ha visto que algunos vecinos del barrio u otras personas usen de enviar por agua al pozo de la casa del susodicho exprese los que son, como tambiénm si se bebe del agua de dicho pozo en la casa de dicho su amno y si la que declara o alguna otra persona de la dicha casa ayer lunes y domingo antecedente sacaron agua de él y a qué horas, dijo que ha oído se saca agua del dicho pozo por unos de los vecinos de aquel barrio, pero que solo ha visto en una ocasión sacarlo a la criada de Manuel de Urquijo; y que sabe que de casa de dicho su amo también se saca solamente para refrescar la bebida, pero en los días que expresa la pregunta no vio ni la que declara sacó agua de dicho pozo a causa de hallarase dicho su amo en dichos días enfermo y por esta razón estar privado de beber fresco, y responde. Preguntada diga y declare qué personas de la dicha casa son las que por las mañanas abren la puerta principal de dicha casa y la cierran por la noche y quiénes fueron los que ejecutaron lo que contiene esta pregunta esta mañana y los días antecedentes expresos en la pregunta, dijo que regularmente quien abre las puertas principales de dicha casa, la principal de la calle la abre la que declara entre cinco y seis de la mañana y hoy la abrió a las seis sin que encontrase persona alguna. Y siempre que se cierra la puerta por la noche, baja a registrar la casa y verla cerrar su ama, como lo hizo la noche del dicho día lunes, porque ha oído que nuna se ha fiado de los extraños. Y solo se cierra la puerta principal de la calle, porque la que entra al patio no tiene con qué. Y en casa de dicho su amo no hay más personas que la de su mujer, Pedro del Val y la que declara. Fuele preguntado cómo se llama su padre y madrastra y cómo se llamaba su madre. Dijo que su padre se llama Francisco Romero, que su ejercicio es jornalero del campo y su madre Tomasa Díez y su madrastra María, que no se acuerda de su apellido. Y que es la verdad para el juramento que hecho tiene, no lo firmó por no saber, firmólo su merced, de que doy fe. Licenciado Río

Legenda:

Expansión • ConjeturaTachado • AdiciónRestitución • Sic


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