
Testamento
En el nombre de Dios todopoderoso. Sea
notorio por esta pública escritura de testamento, última
y postrimera voluntad, como yo, María Suárez, vecina
y natural de esta ciudad de Badajoz, viuda de Bartolomé
Lobo, labrador, natural asimismo que fue de esta
ciudad, estando enferma en la cama, pero en todo mi
juicio y entendimiento natural, el cual Dios, Nuestro
Señor ha sido servido, deme dar, creyendo como
firmemente creo, el misterio de la Santísima Trinidad, Padre
Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo
Dios verdadero y en Nuetro Señor Jesucristo sacramentado,
y en todo lo demás que tiene, cree y confiesa nuestra Santa
madre Iglesia de Roma, en cuya católica creencia
he vivido y protesto vivir y morir como católica y fiel
cristiana, tomando como tomo por mi intercesora
y abogada a la gloriosa y siempre virgen María
madre de Dios, reina de los ángeles y señora nuestra
para que interceda con su preciosísimo hijo
Nuestro Señor Jesucristo, me perdone mis pecados y ponga
mi alma en carrera de salvación, temiéndome
de la muerte, que es cosa natural a toda criatura,
hago y otorgo mi testamento, última y postrimera
voluntad en la forma y manera

Primeramente, encomiendo mi alma a Dios, Nuestro Señor,
que la crio y redimió con su preciosísima sangre, muerte
y pasión, y el cuerpo a la tierra de que fue formado.
Mando que en siendo Nuestro Señor servido de llevarme
de esta presente vida, mi cuerpo sea sepultado en la Iglesia
Catedral de esta ciudad, en sepultura propia que está
a la puerta de la capilla de las reliquias, y quiero
ser amortajado en el hábito de Nuestro Padre San Francisco,
y vengan a mi entierro el cura y cruz de mi parroquia
y doce capellanes del coro y la comunidad de religiosos
de San Agustín de esta ciudad y alumbren la santa cruz seis hachas
de cera amarilla, y por todo ello se pague la limosna
acostumbrada.
Mando que el día de mi entierro, si fuese a horas
y, si no, el siguiente, se me diga misa cantada de cuerpo
presente, y por ello se pague la limosna acostumbrada.
Mando a la cera del santísimo sacramento, casa santa de
Jerusalén y redención de cautivos a medio real
de cada cosa, y a las ermitas acostumbradas a ocho
reales, y esto por una vez.
Mando se digan por mi alma doscientas misas
rezadas y por el ánima de dicho mi marido ciento,
y por las ánimas de mis padres Martín Lorenzo
y María Suárez, y de mis hijos Bartolomé Martín
y Catalina Hernández, todos difuntos, otras
ciento, y por penitencias mal cumplidas,
cargos de conciencia y ánimas de purgatorio
veinte, y por todas se pague la limosna
acostumbrada

le toca, quiero y es mi voluntad
se digan en las partes y por los sacerdotes que
a mis albaceas parecieren y gustasen sin que
ningún juez ni perlado con pretexto alguno se lo
impida ni entrar, que así es mi voluntad y mando
se cumpla.
Declaro tengo por bienes míos propios los siguientes:
Un bernegal de plata con dos asas, mediano.
Seis cucharas de plata nuevas de cabo redondo,
todas de una misma hechura.
Otras seis cucharas de plata viejas, las tres
de una hechura y otras tres de otra.
Unas arracadas de oro nuevas con su lazada
de aljófar menudo y dos pendientes en cada
lazada y ocho en las partes de abajo.
Una gargantilla de aljófar menudo, con quince
extremos de filigrana de oro y abajo por remate
una nuestra señora de oro con un niño y tres pendientes
de los de a dos granos y el del medio con uno.
Una crucita de cristal con extremos de plata
dorada y tres pendientes de a dos perlas con una
imagen de un santo Cristo pintada en el mismo
cristal.
Una crucita de oro de un lado un inri y de otro
una lauza pintada.
Seis sortijas de oro, la una sin piedra, otras
en lugar de piedra cuatro esmeralditas , otras
con una piedra colorada, otra cinco piedras
coloradas, otra una piedra blanca
piedras blancas.

Unas manillas, los extremos de azabache
y otras cuentas doradas.
Un corazón de faza y con extremos de plata.
Un rosario de cristal con la cruz de plata
dorada y siete padres nuestros de plata dorada y
por medallas una crucita de plata y una
calavera de plata y una medalla de San Francisco
y una Concepción.
Un rosario pequeño de madera engastado
en una cadenita y una medalla de Nuestra Señora de
Guadalupe de plata.
Un rosario de madera engastado en trenzas
de seda verde.
Una bolsa de punto de seda azul bordada.
Un abanico de raso.
Dos agujas de plata y un escarbador.
Dos tocas de seda, una con puntas y otra sin ellas.
Cuatro tocas de hilado fino.
Un manto de seda con puntas.
Un espejo pequeño, el marco con figuras
sobredorado.
Más veinte y siete varas de lienzo en cuatro
o cinco pedazos fino.
Dos almohadas traídas.
Más otras cinco almohadas de lienzo basto
nuevas.
Más dos toallas de morlés con puntas
.

Una toalla de lienzo fino sin puntas.
Diez varas y media de manteles.
Una antecama de tres varas.
Tres sábanas nuevas de lienzo, una con las pegaduras
de red.
Un talay y mangas de tela azul antiguas.
Unas medias azules de seda antiguas.
Una casaca de mujer de dos tafetanes azul
y colorado, con botones dorados.
Una basquiña de ormesí forrada en tafetán
blancuzco, de color noguerado.
Una basquiña de damasco negra forrada
en esterlín colorado.
Un travesero de lienzo fino con encajes de
tafetán colorado y red antigua.
Un travesero de lienzo fino más pequeño
con labor colorada.
Cuatro almohadas, dos hermanas de un
travesero y las otras dos hermanas de otro.
Otro travesero de lienzo fino con labor colorada.
Una toalla de lienzo con puntas de pita
antiguas.
Otra de lienzo basto con puntas de dos colores.
Tres almohadas de lienzo basto, las dos labradas.
Una toalla de lienzo basto con fluecos .
Ocho servilletas bastas .

Seis servilletas finas.
Unos manteles ya lavados.
Cuatro sábanas bastas.
Dos pares de enaguas blancas de mujer ya
traídas.
Una camisa de mujer, las mangas nuevas.
Otra camisa de mujer de lienzo fino con sus
puntas.
Otra camisa traída y las mangas nuevas.
Dos camisas bastas de hombre y unos calzones.
Otra camisa de mujer con vueltas antiguas.
Otra camisa de mujer con la labor negra.
Un cabezón de lienzo labrado de negro.
Una camisa de mujer basta vieja.
Otra del mismo género.
Dos camisas de mujer con valonas.
Cinco pedazos de lienzo de ocho varas y
media cada uno, poco más o menos.
Un cofre grande viejo en que esta todo esto
en casa del licenciado Francisco Maero de Antes, presbítero
sacristán de la santa Iglesia Catedral de esta dicha
ciudad.
Un oficio de procurador del número de esta
ciudad perpetuo, con título en cabeza del dicho
Martín Lorenzo, mi padre, que la parte
su fin y muerte le pudo tocar

del año, Beatriz Gómez, mi hermana, se la
compramos yo y Martín Lorenzo, mi hermano, por escritura
que pasó ante Pedro de Tovar, escribano que fue del
número de esta ciudad, y dicho mi hermano por su fin y
muerte me quedó por su heredera, como constará
del estado del testamento que tengo en
que pasó ante Mateo Lucas, escribano que fue del dicho número.
Una tierra al sitio de San Miguel, término de esta ciudad,
que hará dos fanegas de trigo en sembradura, poco
más o menos, que la heredé por muerte del dicho Martín
Lorenzo, mi hermano, quien lo heredó de dichos nuestros
padres, con la carga de nueve reales perpetuos
en cada un año, que al presente se pagan al licenciado
Lorenzo del Águila, presbítero, vecino de esta dicha ciudad,
y el dicho oficio de procurador contenido en la
cláusula antecedente no tiene pensión ni carga
alguna; y la dicha tierra linda por el lado
de esta ciudad con camino de la misericordia que va
a San Miguel, y por el lado del olivar con sesmo
que serventía de aquellas heredades y por el lado
hacia el camino de Talavera con tierras de la
misericordia y otros linderos.
Asimismo, tengo en las casas de mi morada,
en la calle de Arjona otros algunos bienes,
declárolo para que conste y que se
los que son por mis albaceas.
Declaro no me acuerdo deber .