Auto para que se haga
inventario de los bienes de don Francisco
Olías Tenorio, teniente de maestro
de campo general
En la ciudad de Badajoz a veinte
y seis días del mes de
junio de mil y
seiscientos y ochenta y cinco años, su merced
el señor licenciado don Lorenzo Flores Majina ,
abogado de los reales consejos, alcalde
mayor de esta dicha ciudad, dijo se le ha dado noticia
como el teniente de maestro de campo general
don Francisco Olías Tenorio, vecino de esta ciudad, es muerto,
y porque ha dejado dos hijos, el uno menor, mandó se
fuese a las casas de su morada y pusiese cobro
bienes, para lo cual se hiciese inventario de
dichos bienes, y firmó de que doy fe.
Lorenzo Flores
En la dicha ciudad de Badajoz en el dicho día, mes y
año, estando en las casas de dicho
Olías, dicho señor alcalde mayor, en presencia de mí, el
escribano y de doña Catalina de Gata, viuda de
y su albacea se hizo el inventario
bienes que quedaron por muerte del

en la forma y manera siguiente:
Primeramente, una cama de madera de
granadillo bronceada y colgadura de tafetán
encarnado.
Dos colchones llenos de lana, veinte y
cuatro sábanas de lienzo de Portugal, la mitad
nuevas y la mitad usadas, veinte y cuatro
almohadas de lo mismo de cama.
Media cama de madera de granadillo rasa.
Un contador mediano de caray.
Un escritorio de nogal.
Doce sillas de vaqueta de moscovia nuevas.
Otras seis de vaqueta negra usadas.
Dos bufetes, uno de nogal y otro de pino.
Cuatro cofres con la ropa referida.
Dos arcas de vaqueta de moscovia en
que están los vestidos de dicha doña
Catalina y su hija.
Ocho cuadros, los siete de cuerpo entero
de diferentes pinturas y santos, y el
otro cuadro más grande.
Un cofre en que están una palangana,
dos salvillas, dos candeleros, ocho vasos,
una docena de cucharas, una jarra,
todo de plata.

Dos docenas de servilletas.
Una docena de toallas, de morlés las diez,
y las dos de cambray con puntas.
Dos peinadores de cambray con puntas usados.
Una alfombra de sentarse con una docena
de almohadas de damasco carmesí nuevas.
Una sobremesa de lo mismo.
Otras seis almohadas de terciopelo carmesí
usadas.
Dos espejos, uno grande y otro mediano.
Un vestido de hombre de paño de holanda
usado; otro vestido de estameña de Francia
usado, de hombre.
Seis camisas de hombre usadas, y seis pares
de calzoncillos, unos de lienzo y otros de
morlés.
Ítem, se halló en dichas casas cosa de treinta
fanegas de cebada, poco más o menos.
Ítem, se ponen por inventario el ganado
lanar y vacuno que declararon dicha doña Catalina
de Gata y don Francisco Olías, su hijo, que dijeron
haber setecientas y cincuenta ovejas mayores
y doscientas y cincuenta cabezas de la cría
de este presente año; ítem, ciento y setenta
carneros de año en que se incluyeron y veinte
y cuatro carneros viejos padres.

Ítem, los demás aperos de hato de ganado,
como son dos jumentos, perros, lugas, mantas
y caldero.
Ítem, cincuenta y seis reses vacunas hechas
y rehechas del hierro y señal del dicho don
Francisco Olías, con más diez y nueve becerros
de la cría de este año.
Ítem, ocho novillos cerriles.
Ocho pares de bucíes aperados para la labor.
Dos carretas.
Un caballo castaño cerrado, un jaco mediano
y un jumento.
Ítem, la sementera que se ha de coger esta
cosecha, que fueron cien fanegas de trigo en
sembradura y veinte y tres de cebada
que se están actualmente recogiendo, de que
han procedido las treinta inventariadas,
cuatro fanegas de garbanzos en
sembradura.
Veinte fanegas de habas que se recogieron
de las sembradas esta cosecha.
Ítem, cien fanegas de barbecho que se ha hecho
este presente año.
Ítem, las casas referidas en esta ciudad.

en la calle de Fernando Becerra cuyos
títulos y papeles de su propiedad parece están
en una gaveta del escritorio referido, donde
también están otros papeles que parece ser de los
servicios de dicho don Francisco Olías. Y en esta
forma se acabó dicho inventario por decir y declarar los dichos
doña Catalina de Gata y don Francisco Olías, su hijo, ante
dicho señor alcalde mayor y en mi presencia,
debajo de juramento que les recibió no haber más
bienes de dicho don Francisco Olías, su marido y padre,
que los expresados en este inventario y que cada
que tuvieren noticia de algunos bienes más
que pertenezcan al susodicho lo declararán y
manifestarán; los cuales dichos bienes
inventariados mandó su merced, dicho señor alcalde
mayor, se depositasen por ahora en Alonso del ,
vecino de esta ciudad, el cual que presente está,
habiéndosele leído dicho inventario hasta que por dicho señor alcalde
mayor u otro juez competente le sea mandado
otra cosa, so las penas en que incurren los
depositarios que no acuden con los
que le son encargados