
En la ciudad de Badajoz, a doce días del mes
de junio de mil y seiscientos y cuarenta y seis
años, Juan Hernández de Mora, presbítero,
sacristán mayor de la santa iglesia
catedral de esta ciudad y Lorenzo de
Iturrizarra vecino , albaceas
y testamentario de Ana García,
viuda, de Bartolomé Sánchez Galán,
difunta vecina que fue de esta
ciudad, por presencia de mí, el
escribano, y por voz de Antonio Rodríguez Coímbra,
pregonero público de la dicha ciudad,
en la casa del dicho
Lorenzo de Iturrizarra a hacer
almoneda de los bienes que
quedaron en la dicha casa por muerte
de la dicha Ana García y
habiéndole dado orden a los dichos albaceas
a el dicho pregonero para que
pregonase por algunas
partes la pública de esta ciudad,
como se hacía la dicha almoneda,
para que acudiesen a ella, y el dicho
pregonero dio algunos
pregones en las carnicerías
de esta ciudad y calle de San
y en el campo de San Juan
donde había concurso de gente,
de los cuales pregones, yo, el
escribano, doy fe el dicho
pregonero los días en mi presencia
en las dichas partes y sitios
en Badajoz; y habiéndose
juntado alguna gente, los dichos
albaceas por vez posturas
y remates del dicho
pregonero, hicieron almoneda de los
bienes de la dicha Ana García en
la manera siguiente:
La media cama de madera
se remató en Francisca Hernández

mujer de Francisco Pérez, calle de
la Trinidad, en sesenta y seis
reales
Un mortero blanco de piedra
de alioj con su mano de
palo se remató en la dicha
Francisca Hernández en tres reales
Un bufete pequeño de madera
con su cajón se remató en
público del señor obispo
en ocho reales
Un cazo de azófar con su cabo
de hierro se remató en
Felipe de Retes en seis reales
Un cuadro de Nuestro Señor con la
cruz a que se remató
en el dicho Felipe de Retes
en veinte y dos reales
Una silla mocha se remató
en Juan Moreno en once reales
Un asador de hierro se remató
en Felipe de Retes en dos reales
Una basquiña de jerguilla
de monjas se remató
en el dicho Felipe de Retes
en treinta y siete reales
Unos calzones y ropilla
de paño negro viejos y
picados todos de polilla
se remataron en Juan
Pérez, pobre, en doce reales
Un colchón pequeño y
viejo y roto se remató
en Felipe de Retes en
doce reales
Unos manteles
pequeños de bufetillo y viejos
se remataron en
Juan Galindo, sastre,
en cuatro reales
Dos almohadas de lienzo,
la una y la otra de
naval usadas, se remataron
en Isabel Valleja en diez reales

Dos candeleros de azófar
pequeños y viejos se remataron
en Juan Galindo, sastre en ocho
reales
La Verónica pequeña se
remató en el dicho en trece reales
Los cuatro paños de lana
de lienzo con tiras de red
viejos se remataron en
Inocencia Rodríguez en siete ducados
que son setenta y siete reales
Una antepuerta de red de doce
cuadrados se remataron en
Andrés Hernández Chávez, sastre en treinta
reales
Una sábana de lienzo
randada usada se remató en
Felipe de Retes en veinte y
cinco reales
Dos sábanas viejas y
rotas y hechas pedazos se
remataron en Francisco Hernández,
pobre, en cuatro reales
La capa de paño negro
vieja y picada de polilla
se remató en Luis Pérez,
clérigo, en veinte reales
Unas mantas de tafetán
negro viejas se
remataron en
en nueve reales
Un juboncillo de mujer de
tafetán negro doble y un
cuerpo de jubón de gorgorán
viejos se remataron en
Juan Hernández, calle de San Juan en
veinte y seis reales
Un guadamecí viejo y
roto se remató en Isabel
Valleja en seis reales
Dos sábanas de lienzo y
estopa usadas se
remataron en Miguel Alonso en veinte y
ocho reales
Dos almohadas de lienzo
usadas se remataron
en el dicho en ocho reales

Una mesa de manteles
caseros y cuatro servilletas usadas
se remataron en el dicho
Miguel Alonso en diez y seis reales
Un camisón de hombre de
lienzo usado se remató en
el dicho en diez reales
Unos manteles romanescos
usados se remataron en
Isabel Valleja en diez reales
Dos sillas de respaldo
usadas se remataron en la dicha
en tres ducados
Las dos varas de lienzo casero
se remataron en la dicha
en cinco reales
Dos colchones muy viejos y
rotos se remataron
en la dicha Isabel
en veinte y cuatro reales
Un cuchillo puñal viejo
se remató en tres reales
en Enrique González
Y, en la dicha forma, se acabó por este
día la dicha almoneda por ser
ya tarde para la volver a
proseguir cuando convenga, y lo
firmaron los dichos albaceas
y yo, el escribano, que de ello
doy fe; testigos Andrés de Chávez
y Hernández, vecinos de esta ciudad.
Y, asimismo, se remató el
faldellín de cochinilla usado y
picado de polilla en Isabel
Durana en cinco ducados
Y el arca de madera en que
estaba la ropa que era vieja
en la dicha Isabel Durana se
remató en nueve reales
Y, asimismo, el otro guadamecí

guadamecí viejo se remató
en la dicha Isabel Durana
en diez reales
Las dos sillas de respaldo viejas
se remataron en Francisca Pérez
en diez y siete reales
Una almohada de lienzo
labrada usada se remató en
Miguel Alonso en cuatro reales
Dos espadas viejas y malas
se remataron en el dicho
Miguel Alonso en seis reales
Y, con lo dicho, se acabó por este día
la dicha almoneda, y lo
firmaron los dichos albaceas; testigos los dichos
y yo, el escribano, que de ello doy fe.
Diego Martín Sequera
Lorenzo de Iturrizarra