En la ciudad de Badajoz, a primero día del mes de enero de mil y
seiscientos y treinta y cinco años, ante mí, el escribano y testigos
Francisco López de Acosta, mercader y vecino de esta ciudad, dijo que por
cuanto el dicho día , Francisco de Carballo, caballero
del hábito de Cristo, vecino de la ciudad de Lebrija ha despachado en el
puerto y aduana de esta ciudad las joyas que se hará mención,
que lleva para la villa de Madrid, corte de su majestad y las ha de
volver a entrar en el reino de Portugal donde la
por este puerto que no por otro dentro del
o pagar los derechos del diezmo conforme a su valuación
pertenecientes a su majestad y al capitán Luis Vasde, de caballero del
hábito de Asís
Castilla y Portugal, en su nombre, las cuales dichas joyas y
valor de ellas son las siguientes:
Una rosa de pecho con doscientos y cincuenta y un
diamantes pequeños y grandes, valuada en
nueve mil reales de plata.
Ciento y veinte botones melonados de oro torcido con
un diamante en cada uno, valuados en diez mil reales.
Una gargantilla con ochenta y dos diamantes
grandes y pequeños, esmaltada de negro,
valuada en seis mil reales.
Un anillo con un diamante grande cuadrado
fordo valuado en cuatro mil reales.
Una sortija con cinco diamantes valuada en mil
y quinientos reales.
Dos sortijas, cada una de ellas con un diamante
cuadrado valuadas entre ambas en dos mil reales.
Un anillo con veinte y cinco diamantes valuado en
tres mil reales.
Una cadena de cristal y oro valuada en mil y
quinientos reales.
Dos brazaletes y cada uno de ellos con seis piezas
y en cada una de ellas cinco diamantes y siete
entrepiezas y, en cada una de ellas dos diamantes
pequeños esmaltados de negro y blanco, valuados en
siete mil reales.
Unos pendientes de orejas con cuarenta diamantes
pequeños y grandes de rosas esmaltadas de
negro, valuados en ocho mil reales.
Un hábito de Cristo labrado en la India con
quince diamantes, valuado en tres mil reales.