Tasación de bienes
muebles
En la dicha villa, dicho día, mes y año, su merced dicho señor
alcalde mayor, asistido de mí el presente fiel de fechos,
de Manuel Jiménez, alguacil ordinario de esta alcaldía,
y de Francisco Carrizo Martínez y José Martínez Gil, tasadores
de bienes muebles y casa inventariados en estos autos,
cuyo cargo tienen aceptado y jurado, de nuevo aceptaban
y juraban, pasó a la casa que fue morada de José Yepes,
difunto; y estando en ella, por dichos tasadores se fueron
viendo y reconociendo los referidos bienes, y tanteando
su valor y el de estos tipos; de ellos hicieron tasación en
la forma siguiente:
Primeramente la cantarera con cuatro cántaros
en cuatro reales y medio.
El arca pequeña en ocho reales.
El arca con llave en veinte.
Tres onzas de seda azache en seis reales.
Una mantellina blanca en quince.
Un capotillo encarnado en seis.
Una almilla de griseta encarnada con
punta de plata en catorce reales.
Unas enaguas blancas de cáñamo en siete.
Tres ovillos de trama de cáñamo, real y medio.
Una madeja de hilo morado, un real.
Un refajo de picote en treinta y cinco reales.
Otro refajo de picote en veinte reales.
Unos manteles de cáñamo en tres y medio.
Una sartén grande, doce reales.
Otra sartén pequeña, tres.
Un candil, real y medio.
Otro candil medio real y otro no se tasó por inútil.
Una cuchara de hierro grande, medio.
Cinco cucharas pequeñas en un real.
Un asador mediano, medio real.
Una almirez con su mano, treinta y uno y medio.
Unas tenazas de cocina, real y medio.
Unas trébedes, nueve reales.
Una espetera pequeña, un real.
Dos coberteras de hierro, un real.
Dos embudos para longanizas, veinte y cuatro maravedís.
Una mesa con gaveta, cinco reales.
Un colchón vacío, cuatro reales.
Una frezada, diez y ocho reales.
Cinco sillas de esparto, a tres reales, en quince.
El vidriado usado en cuatro reales.
Un libro del P Puente en tres.
Otro libro de guerras civiles, cuatro reales.
Otro libro, Vida de san Nicolás, dos reales.
Otro libro, Vida de san Ignacio, medio.
Una cama de madera con cuerda en ocho.
Una sábana de cáñamo en veinte.
Otra sábana de cáñamo peor en diez y seis.
Un colchón vacío en diez y siete.
Dos almohadas pobladas en siete.
Dos cabeceras vacías, a diez y seis, treinta y dos.
Otra cabecera vieja, un real.
Dos camisones de cáñamo viejos en cuatro.
Dos canastas en medio real.
Unas tijeras en medio real.
Tres cuarterones de lana que es a lo que se
reduce la arroba inventariada, en veinte y dos y medio.
Un jubón de picote viejo en dos reales.
Una escopeta vieja en treinta reales.
Tres celemines de sal en siete reales.
Un cuero pequeño no se apreció por quebrado.
Una orza de serón, un real.
Unas silletas, cuatro reales.
Unas devanaderas, real y medio.
Un cinto con una navaja, real y medio.
Una artesa grande, cuatro reales.
Otra pequeña, real y medio.
Una criba de cuero, real y medio.
Un medio celemín herrado, un real.
Un cedazo, el mejor, en dos reales.
Otro cedazo, el peor, en real y medio.
Un orón de siete fanegas en cinco reales.
Una espuerta de fanega y media, un real.
Un juboncillo encarnado de bayeta, seis.
Una capa de paño pardo, cincuenta.
Una espada vieja no se apreció por inútil.
Una caldera en cuarenta y cinco reales.
Un cuero en un real.
Dos oroncicos pequeños, cinco reales.
Una tabla en tres reales.
Un tablero en un real.
Un tendido, real y medio.
Otra cama de madera con cuerda de
esparto en seis reales.
Ítem tasaron la cerda con cuatro guarines
en ciento y veinte reales.
Y habiéndose declarado por Ramona
Bornaz, viuda de dicho difunto, y sus herederos
haber quedado los bienes que se expresarán
por inventariar, los demostraron y de
ellos hicieron tasaciones en la forma siguiente:
Bienes añadidos
Una silla de esparto en tres reales.
Una cabecera en nueve reales.
Una frezada en dos reales.
Un gamellón en dos reales.
Media arroba de lana en quince reales.
Una capa nueva de paño pardo en ochenta.
Suman las partidas de estas tasación
ochocientos tres reales y siete maravedís.
Y en este estado mandó su merced cesar en dicha tasación
por ser hora de medio día y haberse ocupado desde las siete
de la mañana de él para proseguirla cuando conviniera;
y dichos tasadores declararon haberla hecho bien y fielmente
a su leal saber y entender so cargo de su juramento; y
firmó el que supo con su merced de que certifico.
Prosigue la tasación
de muebles y casa
Primeramente unos fuelles de fragua en
cuarenta y ocho reales.
Dos machos de hierro en diez y ocho.
Tres martillos en seis.
Una bigornia vieja en once.
Un yunque en sesenta.
Unas tenazas de herrar, cuatro.
Tres tenazas de fragua en ocho reales.
Un martillo de herrar, un real.
Un pujavante, diez y ocho reales.
Un maneral, seis reales.
Dos tubillos chicos, un real.
Una tajadera, ocho maravedís.
Un aventador, medio real.
Una rabera, un real.
Un traspuntador, medio real.
Suman los trastos de la fragua, ciento ochenta
y tres reales y ocho maravedís.
La casa de morada de dicho difunto tasaron
en un mil seiscientos ochenta y un reales en
esta forma: los doscientos ochenta y uno
de el cuarto de la fragua; los
cuatrocientos y tres del cuarto alto de dicha
fragua; los trescientos veinte y tres de el
portal; los doscientos ochenta y
cuatro de la cocina; y los trescientos y
noventa de la cámara; con que se ajusta
dicha cantidad, 10681.
Que suma dicha tasación, un mil ochocientos
sesenta y cuatro reales.
Y en la forma dicha se feneció la tasación de casa
y muebles, declarando dichos tasadores haberla
ejecutado bien y fielmente a su leal saber y entender
sin agravio de partes, so cargo de su juramento; y
firmó con su merced el que supo de que certifico:
Martínez Francisco Carrizo Marz. ante mí
Pedro Antonio la Iglesia.