GR1699C9093

Reconocimieno por varios cirujanos de un cadáver en avanzado estado de descomposición hallado en una cueva del Sacromonte

Fecha1699
LocalidadEspaña, Granada, Granada
ProyectoHISPATESD: Hispanae Testium Depositiones. Las declaraciones de testigo en la historia de la lengua española. 1492-1833
FinanciaciónMINECO/AEI/FEDER/UE: FFI2017-83400-P, 2018-2021
ArchivoArchivo de la Real Chancillería de Granada
ID del manuscritoARCHGR 5206/2

View options

Text: - Show: - Tags:


Declaración de los cirujanos. E luego e incontinenti su merced, dicho señor alcalde mayor, por ante el presente escribano recibieron juramento a Dios y a una cruz en forma de derecho de Juan de la Peñuela y de Pedro de la Vega, cirujanos y vecinos de esta ciudad, los cuales, habiendo jurado, prometieron de decir verdad. Y, preguntados, dijeron: que por mandado de su merced dicho señor alcalde mayor, han ido esta tarde asistiendo a su merced, con asistencia del presente escribano y diferentes ministros, a una cueva que está en el camino del Sacromonte, más allá del horno de Campumano, entre la segunda y tercera cruz del dicho sitio, por bajo de unas peñas que están a la mano izquierda. Que la dicha cueva es muy angosta, que para entrar por ella es menester entrar el cuerpo tendido o a gatas, de la cual dicha cueva, en presencia de su merced y de los declarantes, sacaron los hermanos de la Caridad un cuerpo difunto de una mujer, según reconocieron por sus partes bajas,

el cual dicho cuerpo estaba tan fétido y hediondo, malasmado todo, hinchado y reventado en diversas partes del cuerpo como en los pechos, en el vientre, en el muslo derecho y izquierdo y en el hombro izquierdo, por donde salía grande abundancia de gusanos y humores putrefactos, de que se originaba estar la camisa y demás ropa manchada. Y, por estar tan desunido y desgobernado el cuerpo, no se pudo reconocer aunque se registró bastantemente si tenía herida o golpe, porque la cara y cabeza estaba desnuda de carne y telas, y solo descubrían los huesos, por lo cual no se pudo reconocer cosa alguna por donde se infiriese si la muerte había sido natural o violenta. Todo lo cual dijeron ser la verdad so cargo del juramento que tienen hecho, y son de edad el dicho Pedro de la Vega de cuarenta años y el dicho Juan de la Peñuela de treinta y seis años. Y y lo firmaron y su merced rubricó, de que yo, el escribano, doy fe. Juan Luis de la Peñuela Pedro Tebes de la Vega Ante , Antonio Ortiz de Luque, escribano.

Diligencia y reconocimiento de otros dos cirujanos. [1] E luego incontinenti su merced, dicho señor alcalde mayor, prosiguiendo en las diligencias de esta causa con asistencia del presente escribano y de diferentes ministros, y de Pedro Gómez de Villanueva y José Buenrostro, cirujanos y vecinos de esta ciudad, siendo a hora de las ocho de la noche, poco más o menos, fue a la placeta de la iglesia colegial de Señor San Salvador de esta ciudad, donde se halló

en las angarillas de la hermandad de la Caridad el cuerpo difunto de la mujer contenida en esta causa, el cual miraron y reconocieron los dichos dos cirujanos. Y, habiéndolo hecho bajo de juramento que hicieron a Dios y a una cruz en forma de derecho, y prometieron decir verdad, y dijeron han visto, mirado y reconocido el cuerpo difunto que está en dichas angarillas, el cual está tan fétido y hediondo, malasmado, todo hinchado y reventado en diversas partes del cuerpo como es en los pechos, vientre, hombro izquierdo y otros sitios de su cuerpo por donde sale grande abundancia de gusanos y humores putrefactos, de que se origina estar la camisa y demás ropa manchada. Y, por estar tan desunido y desgobernado el cuerpo, no se puede reconocer aunque se registró bastantemente si tenía herida o golpe de que pudiese haber muerto, porque la cara y cabeza está desnuda de carne y telas y solo descubre los huesos, por lo cual no se puede reconocer cosa alguna por donde se infiriese si la muerte había sido natural o violenta. Todo lo cual dijeron ser la verdad so cargo de el juramento que hecho tienen, y que son de edad el dicho Pedro Gómez de más de cincuenta años y el dicho José de Buenrostro de treinta años. Y lo firmaron y rubricó su merced, de que doy fe. Pedro Gómez de Villanueva José de Buenrostro ante , Antonio Ortiz de Luque, escribano. [2]


Legenda:

Expansión • ConjeturaTachado • AdiciónRestitución • Sic


Download XMLDownload textWordcloudFacsimile viewPageflow view