antes de ayer, tres del corrte se combinieron y de una conformi
dad todos quatro dixeron que para poder contestar con el devido
acierto y la escrupulosidad que exije el estraño suceso que acae
cio a Mariano Coronado soldado del rejimiento de voluntarios
cazadores de la corona despues de haber sufrido el suplicio de horca
que se efectuo en vte y nuebe de dizre del año proximo pasado
era muy importante referir lo que ocurrio desps que dicho ahor
cado dio señales nada equivocas de estar vivo, lo qual primera
mente obserbaron los hermanos de la cofradia de la Pasion
quienes convocaron a los facultativos que pudieron para qe
acudiesen a su socorro y aunque el primero que concurrio
fue Dn Juan Aguado, cirujano de esta ciudad, nada se determino
hacer hasta que por fortuna se presento Dn Feliz Martinez
Lopez, uno de los declartes quien habiendo oydo a varias gentes
que concurrian en tropel a la ygla de dha Pasion que el ahor
cado havia buelto en si, hallandose por casualidad en una casa
inmediata a dha yglesia, movido de caridad llegó a la puerta
de la casa de la cofradia contigua a la misma ygla en donde
ya havia guardia y pidiendo permiso pa entrar con el fin
de prestar los auxilios correspondtes por ber si se podia resta
blecer la vida del ahorcado, no le permitieron entrar
hasta que haviendole visto el Dr Dn Martin Sancho Muñano
teniente vicario gral de los Rs Ejercitos y prior de la Sta
yglaa Catedral de esta dha ciudad, le franqueo la entrada
y le encargo que aplicase al reo quantos socorros juzgase
necesarios para sacarle del evidente riesgo en que se halla
ba de acabar su vida ynmediatamente obserbó dho Dr Dn
Feliz Martínez con el mayor cuidado quantos sintomas
se adbertian en el paciente a quien encontro no asfitico
o aparentemte muerto sino constituido en una fortisima
apoplexia segun se evidenciaba por la respiracion ester
torosa aunque lenta y el puso que estaba manifiesto
en el carpo de ambas (de ambas) manos. La cara estaba
algo amoratada, los ojos entreabiertos y la boca cerrada
exactamente, havia algo de limpha espumosa pegada
a los labios y narizes, el cuerpo sumamente rigido
pero mobia la caveza a uno y otro lado con dificultad, al
rededor del cuello se notaban dos faxas sangrientas que
hizo la impresion de los cordeles. Las vertebras o huesos
de la cerviz estaban en su situan natural y no se adbertia