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Mamotreto VI. Cómo en Pozo Blanco, en casa de vna camisera, la llamaron
Vna Seuillana, muger biuda, la llamó a su casa, viéndola pasar, y le demandó: seuillana:
Señora mía, ¿soys española? ¿Qué buscáys? loçana: Señora, avnque vengo vestida
a la ginouesa, soy española y de Córdoua. seuillana: ¿De Córdoua? ¡Por vuestra
vida, aý tenemos todas parientes! ¿Y a qué parte moráuades? loçana: Señora, a la Cortidu
ría. seuillana: ¡Por vida vuestra, que vna mi prima casó aý con vn cortidor rico! ¡Así goze de vos,
que quiero llamar a mi prima Teresa de Córdoua, que os vea! ¡Mencía, hija! Va, llama
a tu tía y a Beatriz de Baeça y Marina Hernández, que traygan sus costuras y se vengan
acá. Dezime, señora, ¿quánto ha que venistes? loçana: Señora, ayer de mañana. seuillana: ¿Y dón
de dormistes? loçana: Señora, demandando de algunas de la tierra, me fue mostrada
vna casa donde están siete o ocho españolas. Y como fuy allá, no me querían acoger,
y yo venía cansada, que me dixeron que el Santo Padre iua a encoronarse. Yo, por ver
lo, no me curé de comer. seuillana: ¿Y visteslo, por mi vida? loçana: Tan lindo es, y bien se llama
León Décimo, que así tiene la cara. seuillana: Y bien, ¿diéronos algo aquellas españolas a co
mer? loçana: Mirá qué vellacas, que ni me quisieron yr a demostrar la plaça. Y en esto vino
vna que, como yo dixe que hera de los buenos de su tierra, fueme por de comer, y de
spués fue comigo a enseñarme los señores. Y como supieron quién yo y los míos
heran, que mi tío fue muy conosçido, que quando murió le hallaron en las manos
los callos tamaños de la vara de la justiçia, luego me mandaron dar aposento. Y enbió
comigo su moço, y Dios sabe que no osaua sacar las manos afuera por no ser vista,
que traygo estos guantes, cortadas las cabeças de los dedos, por las encobrir. seuillana:
¡Mostrad, por mi vida! ¡Quitad los guantes! ¡Biuáys vos en el mundo y aquel Criador que tal
crió! ¡Lograda y engüerada seáys, y la bendiçión de vuestros pasados os venga! Cobrildas,
no las vea mi hijo, y acabame de contar cómo os fue. loçana: Señora mía, aquel moço
mandó a la madre que me acogiese y me diese buen lugar, y la puta vieja barbuda,
estrellera, dixo: “¿No veys que tiene greñimón?”. Y ella, que es estada mundaria toda su vida,
y agora que se vido harta y quita de pecado, pensó que, porque yo traygo la toca baxa
y ligada a la ginouesa, y son tantas las cabeçadas que me he dado yo misma, de vn
enojo que he auido, que me marauillo cómo só biua; que como en la nao no tenía
médico ni bien ninguno, me á tocado entre çeja y çeja, y creo que me que
dará señal. seuillana: No será nada, por mi vida. Llamaremos aquí vn médico
que la uea, que pareçe vna estrellica.