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Mamotreto V. Cómo se supo dar la manera para biuir, que fue me
nester que hussase audaçia pro sapientia
Entrada la señora Loçana en la alma çibdad y proveýda de súbito consejo,
pensó: Yo sé muncho; si agora no me ayudo en que sepan todos, mi saber será nin
guno. Y siendo ella hermosa y habladera, y dezía a tienpo, y tinié graçia en quanto
hablaua, de modo que enbaýa a los que la oían. Y como hera plática y de gran
conuersación, e auiendo sienpre sido en conpañía de personas gentiles, y en muncha
abundancia, y viéndose que sienpre fue en grandes riquezas y conbites y gastos, que
la hazían triunfar, dezía entre sí: “Si esto me falta seré muerta, que sienpre oý dezir que el
çibo vsado es el prouechoso”. Y como ella tenj́a gran ver e ingenio diabólico y gran
conoscer, y en uer vn ombre sabía quánto valía, y qué tena, y qué la podía dar, y qué le
podía ella sacar; y miraua tanbién cómo hazían aquellas que entonçes heran en la çibdad,
y notaua lo que le paresçía a ella que le auía de aprouechar para ser sienpre libre
y no suejeta a ninguno, como despuoés veremos. Y, acordándose de su patria, quiso
saber luego quién estaua aquí de aquella tierra y, avnque fuesen de Castilla, se ha
zía ella de allá por parte de vn su tío, y si hera andaluz, mejor, y si de Turquía, mejor,
por el tienpo y señas que de aquella tierra daua, y enbaucaua a todos con su gran memo
ria. Halló aquí de Alcalá la Real, y allí tenía ella vna prima, y en Vaena otra, en
Luque y en la Peña de Martos, natural parentela. Halló aquí de Arjona y Arjonilla y
de Montoro, y en todas estas partes tenía parientas y primas, saluo que en la Torre don
Ximeno que tenía vna entenada, y pasando con su madre a Jaén, posó en su casa, y allí
fueron los primeros grañones que comió con huessos de toçino. Pues, como daua
señas de la tierra, halló luego quien la fauoresçió, y diéronle vna cámara en conpañía
de vnas buenas mugeres españolas. Y otro día hizo quistión con ellas sobre vn
jarillo, y echó las quatro las escaleras abaxo; y fuese fuera, y demandaua por Pozo
Blanco, y procuró entre aquellas camiseras castellanas qualque estançia o qual
que buena copañía. Y como en aquel tienpo estuviesse en Pozo Blanco vna muger
napolitana con vn hijo y dos hijas, que tenían por ofiçio hazer solimán y blanduras
y afeytes y çerillas, y quitar cejas, y afeitar nouias, y hazer mudas de açúcar
candi y agua de açofeyfas y, qualque buelta, apretaduras, y todo lo que pertenes
çía a su arte tenían sin falta, y lo que no sabían se lo hazían enseñar de las judías, que
tanbién biuían con esta plática, como fue Mira, la judía que fue de Murcia, Engra
çia, Perla, Jamila, Rosa, Cufa, Cintia y Alfarutía, y otra que se dezía la judía del vul
go, que hera más plática y tinié más conuersación. Y auéys de notar que pasó a todas
estas en este oficio, y supo más que todas, y diole mejor la manera, de tal modo,
que en nuestros tienpos podemos dezir que no ay quien huse el ofiçio mejor ni
gane más que la señora Loçana, como abaxo diremos, que fue entre las otras como
Auicena entre los médicos. Non est mirum acutissima patria.