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Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital

AutorFrancisco Delicado (1485-1535)
Lugar de publicaciónVenecia
Año de publicaciónca. 1530
Ubicación del originalBiblioteca Nacional de Austria
Extensión108 páginas

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mallorquina: ¿Deueu de fer llauors o res? Que asçí ma filla vos farà tot quan vos le comenareu. loçana: Señora, no busco esso, y sienpre halla el ombre lo que no busca, xime en esta tierra. Dezime, así biuáys: ¿Quién es aquella hija de corcobado y catalana, que, no conoçiéndome, me desonrró? Pues ¡guay della si soltaua yo la maldita! Ni vi su hijo, ni quisiera ver a ella. mallorquina: No us cureu, filla; anav vostron uiaje y si vos manau res, lo farem nosaltres de bon cor. loçana: Señora, no quiero nada de vos, que yo busco vna muger que quita çejas. mallorquina: ¡Anav en mal guañy! ¿I axò voliav? Çercaula. loçana: ¡Válalas el diablo, y locas son estas mallorquinas! ¡En Valençia ligarosían a vosotras! ¡Y herraduras an menester, como bestias! Pues no me la yrán a pagar a la pellegería de Burgos. ¡Cul de sant Arnav! ¡Som segurs! ¡Quina gent de Deu!

Mamotreto XI. Cómo llamó a la Loçana la Napolitana que ella buscaua y dize a su marido que la llame

napolitana: Hoýslo, ¿quién es aquella muger que anda por allí? Ginouesa me pareçe. Mirá si quiere nada de la botica. Salí allá, quiçá que trae guadaño. jumilla: Salí vos, que en ver ombre se espantará. napolitana: Dame acá esse morteruelo de açófar. Dezí, hija, ¿echastes aquí el atanquía y las pepitas de pepino? hija: Señora, . napolitana: ¿Qué miráys, señora? ¡Con essa tez de cara no ganaríamos nosotros nada! loçana: Señora, no’s marauilléys que solamente en oýros hablar me alegré. napolitana: Ansí es, que no en balde se dixo por do fueres, de los tuyos halles. Quiçá la sangre os tira. Entrá, mi señora, y quitaos dese sol. ¡Ven acá ! Sácale aquí a esta señora con que se refresque. loçana: No haze menester que, si agora comiesse, me ahogaría del enojo que traygo de aquesas vuestras vezinas. Mas si biuimos y no nos morimos, a tienpo seremos. La vna porque su hijo me venía a mostrar a vuestra casa, y la otra porque demandé de vuestra merçed. napolitana: ¡Hi, hi! Son enbidiosas y por esso mirá quál va su hija el domingo afeitada de mano de Mira, la jodía, o como las que nosotras afeitamos, ni más ni ál. Señora mía, el tienpo os doy por testigo. La vna es de Sogorbe y la otra mallorquina y, como dixo Juan del Enzina, que cul y cap y feje y cos echan fuera a uoto a Dios. loçana: ¡Mirá si las conoçí yo! Señora mía, ¿son donzellas estas vuestras hijas? napolitana: Son y no son; sería largo de contar. Y vos, señora, ¿soys casada? loçana: Señora, ; y mi marido será agora aquí, de aquí a pocos días, y en este medio querría no ser conosçida y enpeçar a ganar para la costa. Querría estar con personas honestas por la honrra y quiero primero pagaros que me siruáys. Yo, señora, vengo de Leuante y traygo secretos marauillosos, que, máxime en Grecia, se husan muncho las mugeres que no son hermosas procurar de sello y, porque lo veáys, póngase aquesto vuestra hija la más morena. napolitana: Señora, yo quiero que vos misma se lo pongáys y, si eso es, no auíades vos menester padre ni madre en esta tierra, y esse vuestro marido que dezís será rey. ¡Oxalá fuera vno de mis dos hijos! loçana: ¿Que tanbién tenéys hijos? napolitana: Como dos pinpollos de oro; trauiesos son, mas no me curo, que para esso son los ombres. El vno es ruuio como vnas candelas y el otro crespo. Señora, quedaos aquí y dormiréys con las donzellas y si algo quisiéredes hazer para ganar, aquí a mi casa vienen moros y jodíos que, si os conosçen, todos os ayudarán; y mi marido va vendiendo cada día dos, tres y quatro çestillas desto que hazemos, y lo que basta

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