RLA

Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital

AutorFrancisco Delicado (1485-1535)
Lugar de publicaciónVenecia
Año de publicaciónca. 1530
Ubicación del originalBiblioteca Nacional de Austria
Extensión108 páginas

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índice   Epístola del Autor < Section Carta de excomunión contra vna cruel donzella de sanidad > Epístola de la Loçana a todas las que determinauan venir a uer Canpo de Flor en Roma

Carta de excomunión contra vna cruel donzella de sanidad
De , el vicario Cupido, de línea celestial, por el Dios de Amor elegido y escogido en todo lo tenporal, y muy gran administrador, a todas las tres hedades de qualesquier calidades donde su ley sucedió, salud y gratia. Sepades que ante paresció vn amador que se llama de remedio despedido, el qual se me querelló de vna muy graçiosa dama. Dize que, con su beldad y con graçias muy extrañas, le robó la libertad de dentro de sus entrañas. Dize que le desclauó la clauada cerradura con que su sesso guardaua, y tanbién que le tomó toda junta la cordura. Quál fortuna le guiaua que le mató el sosiego, sin boluerle ningún ruego, ni saber ni discrición; por la qual causa está çiego y le arden en muy biuo fuego las telas del coraçón. Este dios de affiçión, cuyo lugar soy teniente, manda sin dilatión que despache este acto presente. Cappellanes y grandes curas deste palatio real de Amor y sus alturas, hazed esta denunçiaçión por que no aclame cautela, desde agora apercibiendo por tres canominationes. Y por que le sean notorios los sacros derechos y vías, por término perenptorio yo le asiño nueue días, porque es término conplido, como antedicho es, ya pronunçiado y sabido. Del tenplo luego la echéis, como mienbro deshipado de nuestra ley tan bendita. Todos cubiertos de luto, con los versos acostunbrados que se cantan al defunto, las canpanas repicando, y el cura diga: "Muera su ánima en fuerte fragua como esta lunbre de çera veréys que muere en el agua". Véngale luego a desora la tan gran malditión de Sodoma y Gomora y Atam y Auirón. Véngale tal confusión en su dicho cuerpo y sino, en su cuerpo, en conclusión, como a nadie le uino. Maldito lo que comiere: pan y vino y agua y sal. Maldito quien se lo diere, nunca le fallesca mal. Y la tierra que pissare y la cama en que durmiere, y quien luego no lo dixere que la misma pena pene. Sus cabellos tan luzidos, ante quien el oro es fusco, tornen negros y encogidos que parezcan de guineo. Y sus cejas delicadas, con la resplandeciente frente, se tornen tan espantables como de vn fiero serpiente. Y sus ojos matadores, con que robó mis entrañas, hínchanse de aradores que le pelen las pestañas. Y su nariz delicada, con que todo el gesto area, se torne grande y quebrada como de muy fea negra. Y su boca tan donosa, con labrios de vn coral, se le torne spumosa como de gota coral. Y sus dientes tan menudos y enzías de vn carmesí se le tornen grandes y agudos, parescan de jaualí. Su garganta y su manera, talle, color y blancura, se tornen de tan mal ayre como toda su figura. Y sus pechos tan apuestos, testigos de quanto digo, tornen secos y deshechos con tetas hasta el onbligo. Y sus braços delicados, cobditiosos de abraçar, se le tornen consumidos, no hallen de qué tomar. Y lo demás y su natura, por más honesto hablar, se torne de tal figura que dello no pueda gozar. Denle demás la cuerda que lige su coraçón. Dada mes y año el día de vuestra querella.

Leyenda:

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