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Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital

AutorFrancisco Delicado (1485-1535)
Lugar de publicaciónVenecia
Año de publicaciónca. 1530
Ubicación del originalBiblioteca Nacional de Austria
Extensión108 páginas

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y era que, quando vn ombre hazía vn ynsigne delito no le dauan la muerte, mas condenáuanlo a la ýnsula de Lípari. Ítem, ¿por qué más la llamé Loçana que otro nonbre? Porque Loçana es nonbre más común y conprehende su nonbre primero, Aldonça (o Alaroça, en lengua arábica), y Vellida, lo mismo. De manera que Loçana significa lo que cada vn nonbre destos otros significan. Ansí que Vellida y Alaroça y Aldonça particularmente demuestran cosa garrida o hermosa, y Loçana generalmente loçanía, hermosura, lindeza, fresqueza y belleza. Por tanto, digo que para gozar deste retrato y para murmurar del autor, que primero lo deuen bien leer y entender, sed non legatur in escolis. (No metí la tabla, aunque estaua hecha, porque esto basta por tabla.) Epístola del Autor Esta epístola añadió el Autor el año de mill e quinientos e veynte e siete, vista la destruyción de Roma y la gran pestilençia que suçedió, dando gracias a Dios que le dexó ver el castigo que méritamente Dios premitió a vn tanto pueblo
¿qvién jamás pudo pensar, ¡o, Roma!, ¡o, Babilón!, que tanta confusión pusiessen en ti estos tramontanos ocidentales y de Aquilón, castigadores de tu error? Leyendo tus libros verás lo que más mereçe tu poco temor. ¡O, qué fortuna vi en ti y o, auiéndote visto triunfante!, y agora te veo y con el dedo te cuento. Dime, ¿dónde son los galanes, las hermosas que con vna chica fossa en diez días cobriste y encerraste, dando fin a las fauoridas, pues vna sáuana enboluió sus cuerpos pestíferos? Las que no se pudié biuir con ellas ya son sepultas: yo las vi. ¡O, Loçana! ¿Qué esperas? Mira la Garça Montesina, que la lleuan sobre vna escalereta por no hallar, ni la ay, vna tabla en toda Roma. ¿Dónde es el fauor? ¿Cómo uan sin lunbre, sin son y sin llanto? Mira los galanes que se atapan las narizes quando con ellas passan. ¡O, Dios! ¿Pensolo nadie jamás tan alto secreto y juyzio como nos vino este año a los habitatores que offendíamos a tu Magestad? No te offendieron las paredes y por esso quedaron enhiestas. Y lo que no hizieron los soldados heziste , Señor, pues enbiaste después del saco y de la ruyna, pestilençia ynaudita con carbones péssimos y seuíssimos, hanbre a los ricos, hechos pobres mendigos. Finalmente que vi el fin de los munchos juizios que auía visto y escrito. ¡O, quánta pena mereció tu libertad y el no tenplarte, Roma, moderando tu ingratitud a tantos benefiçios reçebidos! Pues eres cabeça de santidad y llaue del cielo y colegio de doctrina y cámara de sacerdotes y patria común, ¿quién vido la cabeça hecha pies y los pies delante? ¡Sabroso principio para amargo fin! ¡O, vosotros, que vernés tras los castigados, mirá este retrato de Roma y nadie o ninguno sea causa que se haga otro! Mirá bien este y su fin, que es el castigo del çielo y de la tierra, pues los elementos

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