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Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital

AutorFrancisco Delicado (1485-1535)
Lugar de publicaciónVenecia
Año de publicaciónca. 1530
Ubicación del originalBiblioteca Nacional de Austria
Extensión108 páginas

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Mamotreto LXII. Cómo la señora Ynperia, partido el médico, hordenó de yr a la estufa ella y la Loçana, y cómo encontraron a vno que dezía Oliua, oliua d’España, el qual yua en máxcara, y dize la Ynperia al médico

ynperia: ¿Q se dize, maestro Arresto? ¿Retoçáuades a la Loçana o veramente hazéys partido con ella que no os lleue los prouechos? Ya lo hará si se lo pagáys. Por esso, antes que se parta, sed de acordo con ella. médico: Señora, entre ella y el acuerdo sería que partiéssemos lo ganado y partiçipásemos de lo por venir, mas Ranpín despriua a munchos buenos que querían ser en su lugar. Mas si la señora Loçana quiere, ya me puede dar vna espetatiua en forma común para quando Ranpín se parta que entre yo en su lugar, porque, como ella dize, no esté lugar vazío, la qual razón conuiene con todos los philósophos que quieren que no aya lugar vacuo. Y, después desto, verná bien su conjunçión con la mía que, como dizen, segund que es la materia que el ombre manea, ansí es más exçelente el maestro que la opera. Porque çierta cosa es que más exçelente es el médico del cuerpo humano raçional que no el albéytar, que medica el cuerpo yraçional; y más exçelente el mienbro del ojo que no el dedo del pie, y mayor milagro hizo Dios en la cara del ombre o de la muger que no en todo el ombre ni en todo el mundo, y por esso no se halla jamás que vna cara sea semejante a otra en todas las partículas, porque, si se pareçe en la nariz no se pareçe en la barua, y assí de singulis. De manera que yo al cuerpo y ella a la cara, como más exçelente y mejor artesana de caras que en nuestros tienpos se uido, estaríamos juntos y ganaríamos para la vejez poder passar, yo sin réçipe y ella sin hic et hec et hoc, el alcohol. Y amigos, como de antes. Y beso las manos a vuestra merçed y a mi señora Loçana la boca. loçana: Yo la vuestra ençucarada. ¿Qué me dezís? Quando vos quisiéredes regar mi manantío, está presto y a vuestro seruiçio, que yo sería la dichosa. ynperia: Más vale asno que os lleue que no cauallo que os derueque. De Ranpín hazéys vos lo que queréys y sirue de todo. Y dexá razones y vamos a la estufa. loçana: Vamos, señora, mas sienpre es bueno saber. Que yo tres o quatro cosas no que deseo conocer. La vna, qué vía hazen o qué color tienen los cuernos de los ombres. Y la otra, querría leer lo que entiendo. Y la otra, querría que en mi tienpo se perdiese el temor y la vergüença para que cada uno pida y haga lo que quisiere. ynperia: Esso postrero no entiendo, de temor y vergüença. loçana: Yo, señora, yo’s lo diré. Çierto es que si yo no tuuiese vergüença, que quantos ombres passan querría que me besasen, y si no fuesse el temor, cada uno entraría y pediría lo vedado. Mas el temor de ser castigados los que tal hiziesen, no se atreuen; porque la ley es hecha para los transgressores. Y assí de la vergüença, la qual ocupa que no se haga lo que se piensa. Y si yo supiesse o viesse estas tres cosas que arriba he dicho, sabría más que Juan d’Espera en Dios, de manera que quantas putas me viniesen a las manos les haría las çejas a la chançilleresca, y a mi marido se los pornía verdes, que sinifican esperança, porque me metió el anillo de cuerno de búfalo. Y la quarta, que penitus jnñoro es: ¿de quién me tengo de enpreñar quando alguno m’enpreñe? Señora, vaya Jusquina delante y lleue los adereços. Vamos por aquí, que no ay gente. Señora, ya comiençan las máxcaras. ¡Mire vuestra merçed quál va el vellaco de Hércoles enmaxcarado! Y ¡oliua, oliua de Spaña! Aquí vienen y hazen quistión, y van cantando. ¡Agora me vezo sonar de rezio! Entre vuestra merçed y salgamos presto, que me vernán a buscar más de quatro agora que andan máxcaras, que aquí ganaré yo qualque ducado para dar la parte a mastro Aresto el de Betrala, que medicó el asno y meritó el aluarda. ¡Pues vaya a la horca, que no me ha de faltar ombre, aunque lo sepa hurtar!

Leyenda:

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