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Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital

AutorFrancisco Delicado (1485-1535)
Lugar de publicaciónVenecia
Año de publicaciónca. 1530
Ubicación del originalBiblioteca Nacional de Austria
Extensión108 páginas

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Mamotreto LVII. Cómo salió la Loçana con su canastillo debaxo, con diuersas cosas para su offiçio, y fue en casa de quatro cortesanas fauoridas y sacó de cada una, en partes, prouisión de quien más podía

loçana:
¿Qvién son aquellos tres galanes que están allí? Cúbranse quanto quisieren, que de saber tengo si son pleyteantes. ¡Andá ya, por mi vida! ¿Para todas essas cosas? Descubrí, que lo sirua yo, que vn beso ganarés.
galán: ¿Y yo, señora Loçana? loçana: Y vos, beso y abraçijo. ¿Qué cosa es esta? ¿Quién os dixo que yo hauía de yr a casa de la señora Xerezana? Ya que le distes anoche música de falutas de açiprés, porque huelan, y no sea menester que ynteruenga yo a poner bemol. Hazé quanto quisiéredes, que a las manos me vernés. ouidio: ¿Quándo? loçana: Luego vengan vuestras merçedes, quando yo sea entrada, que me tengo de salir presto, que es oy sábado y tengo de tornar a casa que, si vienen algunas putas orientales y no me hallan, se van enojadas y no las quiero perder, que no valgo nada sin ellas, y máxime agora que son pocas y locas. galán: Señora Loçana, dezí a la señora Xerezana que nos abra y terçiá vos lo que pudiéredes. Y veys aquí la turquina que me demandastes. loçana: Pues miren vuestras merçedes que si fuere cosa que podéys entrar, yo porné este mi paño listado a la ventana, y entonçes llamá. galán: Sea ansí. ¡Alegre va la puta vieja encruzijada! ¡Boto a Dios, mejor cosa no hize en mi vida que dalle esta turquina! Que esta es la hora que me haze entrar en su graçia, cossa que no podía acabar con quanto he dado a sus moços y fantescas, que no me an aprouechado nada, tanto como hará agora la Loçana, que es la mejor acordante que nunca naçió. Y pareçe que no pone mano en ello. Vello hemos. Ya llama. Y la señora está a la ventana. Vámonos por acá, que bolueremos. xerezana: ¡Ola, moços! ¡Abrí allí, que viene la Loçana y sus aderentes! Mirá, vosotros yd abaxo y hazelda rauiar, y dezí que es estada aquí vna jodía que me afeytó, y que agora se ua y que va en casa de la su fauorida, la Penpinela, si queremos ver lidia de toros. Y yo diré que, porque se tardó, pensé que no viniera. corillón: ¿Quién es? ¡Passo, passo, que no somos sordos! Señora Loçana, ¿y vos soys? Vengáys norabuena. Y tan tarde, que la señora quiere yr fuera. loçana: ¿Y quiere yr su merçed? ¿No esperará hasta que la afeyte? corillón: No lo digo por esso, que ya está afeytada, que vna jodía la afeitó. Y si antes veniérades la hallárades aquí, que agora se va a casa de la Pinpinela. loçana: ¡Mal año para ti y para ella, que no fuese más tu vida como dizes la verdad! La Pinpinela me tiene pagada por vn año. Mirá cómo se dexará afeitar de vna jodía. Mas si la señora se ha dexado tocar (y gastar, que no podía ser menos), por la luz de Dios, ella se arepentirá. Mas yo quiero ver esta afeitadura cómo está. Dime, ¿su merçed está sola? corillón: , que quiere yr en casa de monseñor, que ya está vestida de regaço y ua a pie. altobelo: Señora Loçana, sobí, que su merçed os demanda, que os quiere hablar antes que se parta. loçana: ¿Dónde está la señora? ¿En la anticámara o en la recámara? altobelo: Entrá allá a la loja, que allá está sola. loçana: Señora, ¿qué quiere dezir que vuestra merçed haze estas nouedades? ¿Cómo? ¿He yo seruido a vuestra merçed desde que venistes a Roma, y a vuestra madre hasta que murió, que hera ansí linda cortesana como en sus tienpos se uido, y por vna buelta que me tardo llamáys a quien más presto os gasten la cara, que no adornen como hago yo? Mas no me curo, que no son cosas que turan, que su fin se traen como cada cosa. Esta me porná sal en la mollera y a la jodía yo le daré su mereçer. xerezana: Vení acá, Loçana, no’s vays. Que essos vellacos os deuen hauer dicho qualque cosa por enojaros. ¿Quién me suele a afaitar sino vos? Dexá dezir, que, como auéys tardado vn poco, os dixeron esso. No’s curéys, que yo me contento. ¿Queréys que nos salgamos allá, a la sala? loçana: Señora, , que traygo este paño listado mojado y lo meteré a la finestra. xerezana: Pues sea ansí. ¿Qué es esto que traés aquí en esta garrafeta? loçana: Señora, es vn agua para lustrar la cara, que me la mandó hazer la señora Montesina, que cuesta más de tres ducados y yo no la quería hazer, y ella la pagó. Y me prometió vna carretada de leña y dos barriles de vino dulçe para esta ynuernada. xerezana: ¿Tenés más que esta? loçana: Señora, no. xerezana: Pues esta quiero yo. Y pagalda, veys aquí los dineros. Y enbiá por vna bota de vino y hazé dezir a los mulateros de monseñor que toda esta semana vayan a descargar a vuestra casa. loçana: ¡Ay, señora, que soy perdida! Que me prometió que si hera perfetta que me daría vn sayo para mi criado. xerezana: Mirá, Loçana, sayo no tengo. Aquella capa de monseñor es buena para vuestro criado. Tomalda y andá norabuena. Y vení más presto otro día. loçana: Señora, no quién llama. Miren quién es, porque, quando yo salga, no entre alguno. xerezana: Va, mirá quién es. montoya: Señora, los dos señores janíçeros. xerezana: Di que no en casa. loçana: Haga, señora, que entren y contarán a vuestra merçed cómo les fue en el conbite que hizo la Flaminia a quantos fueron con ella, que es cosa de oýr. xerezana: ¿Qué podía ser, poco más o menos? Que bien sabemos sus cosas della. loçana: Mande vuestra merçed que entren, y oyrá marauillas. xerezana: ¡Ora, sus! Por contentar a la Loçana, va. Ábrelos.

Leyenda:

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