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Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital

AutorFrancisco Delicado (1485-1535)
Lugar de publicaciónVenecia
Año de publicaciónca. 1530
Ubicación del originalBiblioteca Nacional de Austria
Extensión108 páginas

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dras amargas perfetíssimo. Y a ella, vnto de culebra. Y a cada una segundo vi que tenía menester. Por mi honrra, que quiero que las que yo afeyto vayan por todo el mundo sin vergüença y sean miradas. ¡Por el siglo de vuestro padre, señora Dorotea!, ¿qué os pareçe qué cara lleuan todas? Y a uos, ¿cómo se os ha pasado el fuego que traýades en la cara con el olio de calabaça que yo’s puse? Yd en buen ora, que no quiero para con vosotras estar en vn ducado, que otro día lo ganaré que vernés mejor aperçebidas. narbáez: ¡O, qué cara es este diablo! ¡Esta y nunca más! Si las jodías me pelan por medio carlín, ¿por qué esta á de comer de mi sudor? ¡Pues antes de vn año Teresa Narbáez quiere saber más que no ella! loçana: ¿Quién son estas que vienen a la romanesca? ¡Ya, ya! Acá vienen. leonor: ¡Abrí, puta uieja, que a saco os tenemos de dar! ¿Paréçeos bien que ha vn mes que no visitáys a vuestras amigas? En puntos estamos de daros de mazculillo. ¡Ay, qué gorda está esta putana! Bien pareçe que come y beue y triunfa, y tiene quien bien la caualgue para el otro mundo. loçana: Tomá vna higa, por que no me aojéys. ¿Qué viento fue este que por acá os hechó? Mañana quería yr a Pozo Blanco a ueros. leonor: Mirá, ermana: tenemos de yr a vnas bodas de la hija de Panyagua con el Hizquierdo y no valemos nada sin ti. as de poner aquí toda tu çiençia. Y más, que no puedo conportar a mi marido los sobacos. Dame qualque menjurge que le ponga, y vézanos a y a esta mi prima cómo nos rapemos los pendejos, que nuestros maridos lo quieren ansí, que no quieren que pareçecamos a las romanas, que jamás se lo rapan. Y págate a tu modo: ves aquí çinco julios y después te enbiaremos el resto. loçana: Las romanas tienen razón, que no ay en el mundo mugeres tan castas ni tan honestas. An, quitá allá vuestros julios, que no quiero de vosotras nada. Enbiá a conprar lo que es neçessario y dexá poner a el trabajo. leonor: Pues sea ansí. Enbiemos a vuestro moço que lo conpre. loçana: Bien será menester otro julio, que no se lo darán menos de seys. leonor: Tomá, veys . Vaya presto. loçana: ¿Cómo estáys por allá? Que acá muy ruynmente lo passamos. Por lo digo, que no gano nada. Mejor fuera que me casara. leonor: ¡Ay, señora, no lo digáys, que soys reyna ansí como estáys! ¿Sabéys qué dezía mi señor padre, en requia sea su alma? Que la muger que sabía texer hera esclaua a su marido y qu’el marido no la auía de tener sugeta sino en la cama. Y con esto nos queremos yr, que es tarde, y el Señor os salud a vos y a Ranpín y os lo dexe ver barrachel de canpaña, amén. loçana: Ansí veáys de lo que más queréys, que si no fuera aquella desgraçia qu’el otro día le vino, ya fuera él alcalde de la hermandad de Belitre. Y si soy biua el año que viene, yo lo haré porquerón de Bacano, que no le falta ánimo y manera para ser esso y más. Andad sanas y encomendame toda la ralea.

Mamotreto XLIX. Cómo venieron a llamar a la Loçana que fuese ha uer vn gentil hombre nueuamente venido, que estaua malo, y dize ella entre , por las que se partieron

loçana: Yo doy munchas graçias a Dios porque me formó en Córdoua más que en otra tierra y me hizo muger sabida y no bestia, y de naçión española y no de otra. Miraldas quáles van después de la Çoca y la Meca y la Val d’Andorra. Por eso se dize: Sea marido avnque sea de palo, que por ruyn que sea, ya es marido. Estas están ricas y no tienen sus maridos, saluo el vno vna pluma y el otro vna aguja; y trabajan de día y de noche porque se den sus mugeres buen tienpo. Y ellos tranpear,

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