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Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital
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Mamotreto XXXIV. Cómo va buscando casa la Loçana
escudero:
¿Qvé buscáys, señora Loçana? ¿Ay en qué pueda el
ombre seruir a vuestra merçed? Mirá por los vuestros, y ser
uíos dellos.
loçana: Señor, no busco a uos, ni os he me
nester, que tenéys mala lengua vos y todos los dessa casa, que
pareçe que os preçiáys en dezir mal de quantas passan. Pensá que
soys tenidos por maldizientes, que ya no sse ossa pasar por esta
calle por vuestras malsinerías, que a todas queréys pasar por la
maldita, reprochando quanto lleuan ençima, y todos vossotros
no soys para seruir a vna, sino a vsança de putería, el dinero en la vna mano y en la
otra el tú m’entiendes, y oxalá fuese ansí. Cada uno de vosotros piensa tener vn duque
en el cuerpo, y por esso no ay puta que os quiera seruir ni oýr. Pensá quánta fa
tiga passo con ellas quando quiero hazer que os siruan, que mill vezes soy estada
por dar con la carga en tierra y no oso por no venir en vuestras lenguas. escudiero:
Señora Loçana, ¿tan cruel soys? ¿Por dos o tres que dizen mal, nos metéys a todos vuestros
seruidores? Catad que la juuentud no puede pasar sin vos, porque la pobreza la aconpaña,
y es menester ayuda de vezinos.
loçana: No digan mal, si quieren coño de balde.
escudiero: ¡Señora, mirá que se dize que a nadie haze ynjuria quien honestamen
te dize su razón! Dexemos esto. ¿Dónde se ua, que gozés?
loçana: A enpeñar estos anillos
y estos corales, y buscar casa a mi propósito.
escudiero: ¿Y por qué quiere vuestra mer
çed dexar su vezindad?
loçana: Señor, quien se muda, Dios lo ayuda.
escudiero: No sse
enmohecerán vuestras baratijas ni vuestras palomas fetarán.
loçana: No me curo, que no
soy yo la primera. Las putas cada tres messes se mudan por pareçer fruta nue
ua.
escudero: Verdad es, mas las fauoridas no se mudan.
loçana: Pues yo no só fa
uorida, y quiero buscar fauor.
escudiero: Señora Loçana, buscáys lo que vos po
déys dar. ¿Quién puede fauoreçer al género masculino ni al femenino mejor que
vos? Y podéys tomar para vos la flor.
loçana: Ya passó solía y vino tan buen tienpo que
se dize “pesa y paga”: este es todo el fauor que os harán todas las putas. Hállase que en ellas
se espenden ciento mill ducados, y no lo tomés en burla, que vn banquero prinçi
pal lo dio por cuenta a Su Santidad.
escudero: Son prestameras holgadas, no es
marauilla. Para ellas litigamos el día por reposar la noche. Son dineros de benefiçio
sin cura.
loçana: Y aun pinsiones remotadas entre putas. escudero:
¿A qué modo se
les da tanto dinero, o para qué?
loçana: Yo’s diré. En pinsiones o alquilés de casas la
vna ha enbidia a la otra, y dexan pagada aquella por quatro o çinco meses, y to
do lo pierden por mudar su fantasía, y en comer, y en moços, y en vestir y calçar,
y leña y otras prouisiones, y en ynfantescas, que no ay cortesana, por baxa que
sea, que no tenga su ynfantesca. Y no pueden mantenerse assí, y todauía procuran
de tenerla, buena o mala. Y las sieruas, como son o an sido putas, sacan por partido
que quieren tener vn amigo que cada noche venga a dormir con ellas y ansí ro
ban quanto pueden. escudero:
Señora, el año de veynte y siete ellas serán fante
scas a sus criadas. Y perdoname que os he detenido, porque no querría jamás careçer
de vuostra vista. Mirá que allí vi yo esta mañana puesta vna locanda, y es bonica
casa, aparejada para que quando passen puedan entrar sin ser vistas vuestras fe
ligresas.
loçana: ¡Callá, malsín! ¿Queríades vos allí para que entrasen por conta
dero? Yo sé lo que me cunple.
escudiero: ¡O, qué preçiosa es este diablo! Yo quería espe
dir gratis, mas es taymada andaluza, y si quiere hazer por vno, vale más estar en su
graçia que en la del gran Soldán. ¡Mirá quál va su criado tras ella! ¡Adiós, çarpilla!
ranpín: Me recomiendo, cauallero: el cauallo no se conprerá ogaño. Piensan estos
puercos, reuestidos de chamelotes, hidalgos de Cantalapiedra, villanos, atestados
de paja çevadaza, que porque se alaben de grandes caramillos, por esso les an de
dar de caualgar las pobres mugeres. ¡Boto a san Junco, que a estos yo los haría pa
gar mejor! Como dixo vn loco en Porcuna: “Este monte no es para asnos”. julio:
¿Qué’s
esso, Rodrigo Roýdo? ¿Ay negocios? ¿Con quién las auéys?
ranpín: No, con nadie, sino ser
uiros. ¿Auéys visto la Loçana?
julio: Dezí vuestra ama, no’s auergonçéys. Andá,
que allí entró. Hazelda salir, que la espero. Y dezí que le quiero dar dineros, por que
salga presto.
falillo: ¿Quién es?
ranpín: Yo só. ¿Está acá ella?
falillo: ¿Quién ella? ¡De
zid, duelos os vengan, vuestra ama la señora Loçana, y esperá, cabrón! Señora Lo
çana, vuestro criado llama.
loçana: Abrildo, mi alma, que él no aurá comido, y ve
réys quál lo paro.
falillo: Sube, Abenámar.
loçana: ¿Qué queréys? ¿Por dineros venís?
Pues tan blanco el ojo. Caminá. ¿No’s di ayer tres julios? ¿Ya los gastastes? ¿Só yo vue
stra puta? ¡Andá, tornaos a casa!
oropessa: Señora Loçana, llamaldo, que yo le daré
dineros que espenda. Ven acá, Jacomina; va, saca diez julios y dáselos, que coma,
que su ama aquí se estará esta semana. Y dale a comer, no se vaya. Ven acá, Ranpín.
Va, come allí con aquellos moços, duelos te vengan. Vosotros no llamaréys a nadie
por comer y rebentar.
moços: Señora, venga, que él de casa es. Ven acá, come. Pues
que veniste tarde, que milagro fue quedar este bocado del jamón. Corta y co
me, y beuerás.
ranpín: Ya he comido. No quiero sino beuer.
falillo: Pues, ¡cuerpo de
tal contigo! ¿En ayunas quieres beuer, como bestia? Señora Loçana; mandalde que coma, que
ha uergüença.
loçana: Come presto vn bocado y despacha el cuerpo de la salud.
falillo:
¿Qué esperas? ¡Come, pese a tal con quien te parió! ¿Piensas que te tenemos de rogar?
Ves aý vino en essa taça de plata. ¡Passo, passo! ¿Qué diablos as? ¡O, pese a tal contigo! ¿Y las
tripas echas? ¡Sal allá, que no es atriaca! ¡Ve d’aquí, o, cuerpo de Dios, con quien te bau
tizó, que no te ahogó por grande que fueras! ¿Y no te podías apartar?
¡Sino manteles
y platos y taças, todo lo allenó este vuestro criado, cara de repelón trasnochado!
loçana: ¿Qué es esto de que reuiesa? ¿Algo uido suçio? Que él tiene el estómago liuiano.
falillo: ¿Qué es esso que echa? ¿Son lonbrizes?
moços: Agora, mi padre, son los bofes en
sentir el toçino.
loçana: Denle vnas pasas para que se le quite el hipar, no se ahogue.
moços: ¡Guay d’él si comiera más! Dios quiso que no fue sino vn bocado.
oropessa:
No será nada.
loçana: Señora, no querría que le quebrasse en çiçiones, porque su padre
las tuuo siete años, de vna uez que lo gustó.
falillo: ¡Amarga de ti, Guadalajara! Se
ñora Loçana, no es nada, no es nada, que lleua la cresta hinchada.
loçana: Hijo mío, ¿toçino co
mes? ¡Guay de mi casa, no te m’ahoges!
falillo: ¡Quemado sea el venerable tocino!
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