RLA

Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital

AutorFrancisco Delicado (1485-1535)
Lugar de publicaciónVenecia
Año de publicaciónca. 1530
Ubicación del originalBiblioteca Nacional de Austria
Extensión108 páginas

Javascript seems to be turned off, or there was a communication error. Turn on Javascript for more display options.

índice   Mamotreto XXXII < Section Mamotreto XXXIII > Mamotreto XXXIV

Mamotreto XXXIII. Cómo la Loçana vido venir a su criado y fueron ha

casa, y cayó él (en vna priuada, por más señas)

loçana: ¿Salistes, chichirinbache? ¿Cómo fue la cosa? ¡No me queréys vos a creer! Sienpre lo tuuo el mallogrado ramaçote de vuestro agüelo. Caminá, mudaos, que yo ver luego. ranpín: Venid a casa. ¿ queréys yr? ¿Fuistes a la Judería? loçana: que fui, mas estauan en Pascua los judíos. Ya les dixe que mala pascua les Dios. Y ui la mula parida, lo que parió muerto. trinchante: Señora Loçana, ¿qué es esso? ¡Alegre viene vuestra merçed! loçana: Señor, veyslo aquí, que cada día es menester hazer pazes con tres o con dos, que a todos quiere matar, y sábeme mal mudar moços, que de otra manera no me curanría. trinchante: ¡El vellaco Diego Maçorca, cómo sale gordo! loçana: Señor, la gauia lo hizo. Heran todos amigos míos, por esso se dize: El tuyo allégate a la peña, mas no te despeña. Entrá y mirá la casa, que con este señor quiero hablar largo, y tan largo que le quiero contar lo que passó anoche el enbaxador de Françia con vna dama corsaria que esta mañana, quando se leuantaua, le puso tres coronas en la mano, y ella no se contentaua, y él dixo: ¿Cómo, señora? ¿Síruese al rei vn mes por tres coronas, y vos no me seruiréys a vna noche? Dámelas acá. trinchante: ¡Boto a Dios que tuuo razón, que por ha passado, que las putas no se quieren contentar con tres julios por vna uez, como que no fuese plata! ¡Pues, boto a Dios, que oro no lu tengo de dar sino a quien lo meresciere a ojos vistas! Poné mientes que essas tales vienen a quatro torneses o a dos sueldos, o diez quatrines, o tres marauedís. Señora, yo siento remor en vuestra casa. loçana: ¡Ay, amarga! ¿Si vino alguien por los tejados y lo mata mi criado? ¡Sobí, señor! trinchante: ¿Qué cosa, qué cosa? ¡Sobí, señora, que siento llamar y no dónde! loçana: ¡Ay de ! Agora subió mi criado. ¿Dónde está? ¡Escuchá! ¿Dónde estáys? ¡Adalí, fodolí! trinchante: ¡Para el cuerpo de , que lo siento! Señora, mirá allá dentro. loçana: Señor, ya he mirado y no está en toda la cámara, que aquí está su espada. trinchante: Pues, ¡voto a Dios que no se lo comió la Paparresolla, que yo lo siento! ¡Mirá, cuerpo de Dios, está en la priuada y andámoslo a buscar! ¡Sorue, no te ahoges! Dad acá vna cuerda. ¿Estás en la mierda? ranpín: ¡Tirá, ti más! trinchante: ¡Ássete, pesse a tal contigo, que agora saliste de prisión y veniste a caer en la mierda! ranpín: ¡Así, bien! ¿Qué hazéys? ¡Tirá, tirá! trinchante: ¡Tira como vellaco, tragatajadas! Vení acá, señora, ayudame a tirar este puerco. ranpín: ¡Tirá más, que me desuaro! ¡Tirá bien, no soltés! trinchante: ¡Va allá! ¡Pesse a tal con quien te parió, que no te lauarás con quanta agua ay en Tíber! Dalde en qué se enbuelua el conde de Carrión. loçana: ¿Cómo caýste? ranpín: Por apartarme de vna rata grande caý. trinchante: ¡Señora, boto a Dios que esto vale mill ducados! Salir de prisión y caer en la melcocha, por no morir mallogrado a las vñas de aquella leona. loçana: Señor, es desgraçiado y torpe el malauenturado. trinchante: Yo me voi. Váyase a lauar al río. loçana: Vení, señor, y tomá vn poco de letuario. trinchante: No puedo, que tengo de trinchar a mi amo. loçana: ¡Buen olor lleuáys vos para trinchar! ¡Ys oliendo a mierda perfeta! Trinchá lo que vos quisiéredes, por esso no dexo de ser vuestra. trinchante: Yo, de vuestra merçed. Y acuérdese. loçana: Soy contenta. ¿Veysla? Está a la gelosía. Cara de rosa, yo quiero yr aquí a casa de vna mi perrochiana; luego torno. salamanquina: Por mi vida, Loçana, que no paséys sin entrar, que os he menester. loçana: Señora, voy depriesa. salamanquina: Por vida de la Loçana, que vengáys para tomar vn consejo de vos. loçana: Si entro m’estaré aquí más de quinze días, que no tengo casa. salamanquina: Mira, puta, qué conpré, y más espero. Siéntate, y estame de buena gana, que ya que tu criado es salido, que no te costó nada, que el abad lo sacó; que él passó por aquí y me lo dixo, y le pessó porque no estaua por otra cosa más, para que vieras lo que hiziera. loçana: A uos lo agradezco, mas no queda por esso, que más de diez ducados me cuesta la burla. salamanquina: Yo te los sacaré mañana quando jugaren, al primer resto. ¡Sus, comamos y trjunfemos, que esto nos ganaremos! De quanto trabajamos, ¿qué será? Ellos a hoder y nosotras a comer, como soldados que están alojados a discriçión. El despachar de las buldas lo pagará todo, o qualque minuta. Ya sabes, Loçana, como vienen los dos mill ducados del abadía, los mill son míos y el resto poco a poco.

Leyenda:

Texto del editorEntrada de personaje


Descargar XMLDescargar TXT