RLA

Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital

AutorFrancisco Delicado (1485-1535)
Lugar de publicaciónVenecia
Año de publicaciónca. 1530
Ubicación del originalBiblioteca Nacional de Austria
Extensión108 páginas

Javascript seems to be turned off, or there was a communication error. Turn on Javascript for more display options.

índice   Mamotreto XXVIII < Section Mamotreto XXIX > Mamotretoto treynta

Mamotreto XXIX. Cómo torna su criado. Que venga presto, que la esperan vna hija puta y su madre veja

loçana: ¿A qué tornáys, malvrde? ¿Ay cosa nueua? ranpín: Acabá, vení, que es venida aquella madre. loçana: Callá, callá, que ya os entiendo. ¿Vazía verná, segund Dios la hizo? ranpín: No, ya me entendéys, y bueno. loçana: ¿Vno solo? ranpín: Tres y otras dos cosas. loçana: ¿Qué, por mi vida? ranpín: Ya lo veréys. Caminá, que yo quiero yr por lo que dexó tras la puerta de su casa, y veys aquí su llaue. senés paje: ¡Señora Loçana, acá, acá! ¡Mirá acá arriba! loçana: Ya, señor, os veo, mas poco provecho me viene de vuestra vista, y estoy enojada porque me contrahizistes en la comedia de carnanual. senés: Señora Loçana, no me culpéys, porque, como vi vuestra saya y vuestro tocado, pensé que vos lo auíades prestado. loçana: Yo lo presté, mas no sabía para qué. A ossadas, que si lo supiera, que no me engañaran; pero de vos me quexo porque no me auissastes. senés: ¿Cómo dezís esso? A me dixeron que vos estovistes allí. loçana: estuue, mas dixéronme que me llamaua monseñor vuestro. senés: ¿No vistes que contrahizieron allí a munchos? Y ninguna cosa fue tan plazentera como vos a la gelosía, reputando al otro de potroso, que si lo hiziera otrie, quiçá no mirara ansí por vuestra honrra como yo. Por esso le suplico me perdone, y síruase destas mangas de velludo que mi padre me mandó de Sena. loçana: Yo’s perdono porque que no soys maliçiosso. Vení mañana a mi casa, que á de venir a comer comigo vna persona que os plazerá. otro paje: cauallo ligero de vuestra merçed. loçana: ¡Ay, cara de putilla seuillana, me encomiendo, que voy depriesa! hija: ¿Tiro la cuerda? Esperá, que ni ay cuerda ni cordel. loçana: Pues vení abaxo. hija: Ya va mi señora madre. granadina: Vos seáys la bienvenida. loçana: Y vos la bien hallada, avnque vengo enojada con vos. madre: ¿Y por qué comigo, sabiendo vos que os quiero bien, y no vernía yo con mis nesçesidades y con mis secretos a vos si os quisiesse mal? loçana: ¿Cómo, vos soys mi amiga y mi coraçón, y venisme cargada a casa, sabiendo que haría por vos y por vuestra hija otra cosa que estas apretaduras, y tengo yo para vuestro seruicio vn par de ducados? granadina: Señora Loçana, mirá que con las amigas auéys de ganar, que estáys preñada y todo se menester, y quanto más, que a mi hija no le cuesta sino demandallo, y tal buelta se entra ella misma en la guardaropa de monseñor, y toma lo que quiere y enbía a casa que, como dizen, más tira coño que soga. Estos dos son agua de ángeles, y este es azahar, y este cofín son dátiles, y esta toda es llena de confiçión, todo venido de Valençia, que se lo enbía la madre de monseñor. Y mirá, señora Loçana, a me occurre otro lançe que para con vos se puede dezir. loçana: ¿Qué, señora? granadina: Vn señor no me dexa a sol ni a sonbra, y me lo paga bien, y me da otro que mi hija no me dará, y no quándo terné nesçessidad. Mirá, ¿qué me aconsejáys? loçana: Lo que os aconsegé sienpre, que si vos me creyérades, más á de vn año que auíades de començar, que en Roma todo passa sin cargo de conciencia. Y mirá qué os perdistes en no querer más que no’s dará esse otro, y hera peloso y hermoso como la plata, y no quería sino biudas honrradas como vos. granadina: Señora Loçana, mirá, como se dize lo vno, se diga todo. Yo’s diré por qué no lo hize. Que bien estaua yo martela por él, mas porque se echó con mi hija, no quise pecar dos vezes. loçana: No seríades vos la primera qu’esso haze en Roma sin temor. ¡Tantos ducados tuviéssedes! Esso bien lo sabía yo, mas por esso no dexé de rogároslo, porque veía que era vuestro bien y, si lo veo, le tengo de dezir que me hable. Por esso es bueno tener vos vn’amiga cordial que se duele de vos, que perdéys lo mejor de vuestra vida. ¿Qué pensáys, que estáys en Granada, do se haze por amor? Señora, aquí a pesso de dineros, daca y toma y, como dizen, El molino andando gana, que guayas tiene quien no puede. ¿Qué haze vuestra hija? ¿Pússose aquello que le di? granadina: Señora, , y dize que muncho le aprouechó, que le dixo monseñor: ¡Qué coñico tan bonico! loçana: Pues tenga ella auertençia que, quando monseñor se lo quiera meter, le haga estentar vn poco primero. granadina: hará, que ya yo la auissé, avnque poco desso, que a tiento se lo dixe. loçana: Todas sabemos poco, mas a la nescessitad no ay ley. Y mirá que no coma vuestra hija menestra de çebolla, que abre muncho, y quando se toca, tire la vna pierna y encoxa la otra.

Leyenda:

Texto del editorEntrada de personaje


Descargar XMLDescargar TXT