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Retrato de la Loçana andaluza. Edición digital
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Mamotreto XXIV. Cómo comenzó ha conuersar con todos y cómo el Au
tor la conosçió por ynterçesión de vn su conpañero, que era criado de vn en
baxador milanés, al qual ella siruió la primera vez con vna moça no
virgen, sino apretada. Aquí comiença la Parte segunda
Siluio: ¡Quién me tuviera agora, que a aquella muger que va muy cubierta no
le dixera qualque remoquete, por ver qué me respondiera y supiera quién
es! ¡Voto a mí, que es andaluza! En el andar y meneo se conosçe. ¡O, qué pierna! En vel
la se me desperezó la conplissión. ¡Por vida del rei, que no está virgen! ¡Ay, qué meneos
que tiene! ¡Qué boltar acá! Sienpre que me vienen estos lances, vengo solo. Ella se para allí con aquella pastelera. Quiero yr a uer cómo habla y qué conpra. autor: ¡Ola! ¡Acá,
acá! ¿Qué hazéys? ¿Dó ys? siluio: Quiero yr allí a uer quién es aquella que entró allí,
que tiene buen ayre de muger. autor: ¡O, qué reñegar tan donoso! ¡Por vida de
tu amo, di la verdad! conpañero: ¡Hi, hi! Diré yo como de la otra, que las piedras la co
noçién. autor: ¿Dónde está? ¿Qué trato tiene? ¿Es casada o soltera? Pues a uos quiero
yo para que me lo digáys. conpañero: ¡Pese al mundo con estos santos! Sin auiso
pasa cada día por casa de su amo, y mirá qué regatear que tiene, y porfía que no la
conosçe. Miralda bien, que a todos da remedio de qualquier enfermedad que sea.
autor: Esso es bueno. Dezime quién es y no me habléys por çircunloquios, sino dezime vna palabra redonda, como razón de melcochero. ¡Dímelo, por vi
da de la Corçeta! conpañero: Só contento. Esta es la Loçana, que está preñada de
aquel canónigo que ella sanó de lo suyo. autor: ¿Sanolo para que la enpreñasse?
Tuvo razón. Dezime, ¿es cortesana? conpañero: No, sino que tiene esta la mejor
vida de muger que sea en Roma. Esta Loçana es sagaz y á bien mirado todo lo que
passan las mugeres en esta tierra, que son sujetas a tres cosas: a la pinsión de la casa
y a la gola y al mal que después les viene de Nápoles. Por tanto, se ayudan quando
pueden con ingenio, y por esto quiere esta ser libre. Y no hera venida quando sa
bía toda Roma y cada cosa por estenso. Sacaua dechados de cada muger y ombre,
y quería saber su biuir, y cómo y en qué manera, de modo que agora se va por ca
sas de cortessanas, y tiene tal lauia que sabe quién es el tal que viene allí, y cada
vno nonbra por su nonbre, y no ay señor que no desee echarse con ella por vna
vez. Y ella tiene su cassa por sí, y quanto le dan lo enbía a su casa con vn moço que
tiene, y sienpre se le pega a él y a ella lo mal alçado, de modo que se saben remediar.
Y esta haze enbaxadas y mete de su cassa muncho almazén, y sábele dar la maña, y
sienpre es llamada señora Loçana, y a todos responde y a todos promete y çer
tifica, y haze que tengan esperança, avnque no la aya. Pero tien'esto: que quiere ser
ella primero referendada, y no perdona su ynterés a ninguno, y si no queda con
tenta, luego los moteja de míseros y bien criados, y todo lo hecha en burlas. Desta
manera saca ella más tributo que el capitán de Torre Sabela. Veysla allí, que pareçe
que le hazen mal los assentaderos, que toda se está meneando, y el ojo acá, y si me
vee, luego me conoçerá, porque sabe que sé yo lo que passó con mi amo el otro día,
que vna mochacha le lleuó. Çinco ducados se ganó esta, y más le dio la mochacha
de otros seys, porque veynte le dio mi amo, y como no tiene madre, que es noui
cia, ella le sacaría las coradas, que lo sabe hazer. Y no perdona seruiçio que haga, y
no le queda por corta ni por mal echada, y ¡guay de la puta que le cae en desgraçia!,
que más le valdría no ser naçida, porque dexó el frenillo de la lengua en el vientre
de su madre, y si no la contentasen, diría peor dellas que de carne de puerco, y si
la toman por bien, beata la que la sabe contentar. Va diziendo a todos qué ropa
es debaxo paños, saluo que es boua y no sabe. Condiçión tiene de ángel, y el tal
señor la tuuo dos meses en vna cámara, y dize por más encareçer: “Señor, so
bre mí, si ella lo quiere hazer, que apretés con ella, y a mí tanbién lo auéys de ha
zer, que de tal encarnadura só que si no me lo hazen, muerta só, que ha tres messes
que no sé qué cosa es, mas con vos quiero ronper la jura”. Y con estas chufletas
gana. La mayor enbaydera es que naçió. Pues, ¿pensaréys que come mal? Sienpre co
me asturión o qualque cosa. Come lo mejor, mas tanbién llama quien ella sa
be, que lo pagará más de lo que vale. Llegaos allá, y yo haré que no la conozco;
y ella, veréys que conocerá a vos y a mí, y veréys como no miento en lo que digo.
autor: De vuestras camisas o pasteles nos mostrás, señora, y máxime si son de
mano dessa hermosa. loçana: ¡Por mi vida, que tiene vuestra merçed lindos ojos!
Y essotro señor me pareçe conoçer, y no sé dó lo ui. ¡Ya, ya, por mi vida que lo co
nosco! ¡Ay, señora Siluana, por vida de vuestros hijos que lo conozco! Está
con vn mi señor milanés. Pues dezí a vuestro amo que me á de sser con
padre quando me enpreñe. autor: Quanto más si lo estáys, señora. loçana:
¡Ay, señor, no lo digáys, que soy más casta que es menester! autor: Andá, seño
ra, crecé y multiplicá, que lleuéys algo del mundo. loçana: Señor, no hallo quien di
ga qué tienes aý. autor: ¡Pues, boto a mí, que no se os pareçe! loçana: Mas antes
sí, que ansí gozéys de vos, que engordo sin verde. autor: Cada día sería verde si por aý tiráys. Señora, suplícole me diga si es esta su possada. loçana:
Señor, no, sino que soy venida aquí, que su nuera desta señora está de parto, y querría
hazer que, como heche las pares, me las vendan, para poner aquí a la vellutera y dalle ha
qualque cossa para ayudá a criar la criatura. Y la otra tiene vna niña del ospital y daré
mosle a ganar de su amigo çien ducados, y por otra parte ganará más de trezientos,
porque á de dezir que es de vn gran señor que no desea otro sino hijos, y a esta señora
le pareçe cosa estraña y no lo es. Dígaselo vuestra merçed, por amor de mí, y ruéguense
lo, que yo voy arriba. autor: Señora, en vuestra casa podéys hazer lo que mandá
redes, mas a mí mal me paresçe. Y mirá lo que hazéys, que esta muger no’s engañe a
vos y a vuestra nuera, porque ni de puta buena miga ni d’estopa buena camisa. Notad:
la puta como es criada y la’stopa como es hilada. Digo esto porque, como me lo
á dicho a mí, lo dirá a otrie. pastelera: Señor, mirame por la botica, que luego abaxo.
conpañero: ¿Qué te paresçe? ¿Mentía yo? ¡Por el cuerpo de sant, que no es esta la pri
mera que ella haz! ¡Válgala, y qué trato que trae con las manos! Paresçe que quan
to dize es ansí como ella lo dize. En mi vida espero ver otra símile. Mirá, ¿qué hará
de sus pares ella quando parirá? Esta es la que dio la posta a los otros que tomasen al
puente a la Bonica, y mirá qué treyntón le dieron porque no quiso abrir a quien se lo dio. Y fue que, quando se lo dieron, el postrero fue negro, y dos ducados le dieron
para que se medicase, y a esta más de diez. autor: ¡O, la gran mala muger! ¿Cómo no
la açotan? conpañero: Callá, que deçiende. Señora, ¿pues qué libráys? loçana: Señor, que
quiero yr’aquella señora para que esté todo en horden, que la misma partera me las
traerá. autor: (A ella y a vos auían de encoroçar). Señora, ¿qué haré para que mi amiga
me quiera bien? loçana: Señor, comed de la saluia con vuestra amiga. conpañero:
Señora, ¿y yo, que muero por vos? loçana: Esso sin saluia se puede hazer. No me den vuestras
merçedes enpacho agora, que para esso tienpo ay, y cassa tengo, que no lo tengo de ha
zer aquí en la calle. conpañero: ¡Señora, no! Mire vuestra merçed: ¿qué se le cae?
loçana: Ya, ya: faxadores son para xabonar. autor: ¡Bo
to a Dios, que son de manlleua para xabonar! No es na
çida su par. ¡Mal año para cauallo ligero, que tal sa
comano sea! Esta conprará offiçio en Roma, que be
nefiçio ya me paresçe que lo tiene curado, pues no tiene chimenea, ni tiene do poner antojos. con
pañero: ¡Cómo va hazendossa! Lo que saca ella deste
engaño le sacaría yo si la pudiese conduzir a que s’
echase comigo, que esta dará lo que tiene a vn buen
rufián que fuese cordoués traymado. autor: Callemos, que torna a ssalir. ¿Qué
mejor rufián que ella, si por cordoués lo auéys? Por vida suya, que tanbién se dixo
esse refrán por ellas como por ellos. Si no, miraldo si se sabe dar la manera en Alcalá
o en Güete. ¿Qué es aquello que trae? Demandémoselo. ¿Qué priesa es essa, seño
ra? loçana: Señores, como no saben en esta tierra, no prouehen en lo neçessario, y
quieren haçer la cossa y no le saben dar la maña. La parida no tiene peçones, como
no parió jamás, y es menester ponelle –para que le salgan– este perrico y negoçiar,
por amor del padre. Y después, como no tiene peçones, le pagaremos. autor: ¡Vuestra
merçed es el todo, a lo que vemos! Mirá, señora, que esta tierra prueua los rezién
venidos venidos, no’s amaléys, que os cerrarán quarenta días. loçana: Señor, de lo que no auéys
de comer, dexaldo cozer. autor: Y aun quemar. siluio: ¿Esso me dezís? Con poco
más me moriré. ¿Mas vuestra merçed no será de aquellas que prometen y no atienden? loçana:
Dexame passar, por mi vida, que tengo que hazer, porque es menester que sea yo la madre
de la parida, y la botillera y lo demás, porque viene la más linda y fauoresçida corte
sana que ay en Roma por madrina, y más viene por contentarme a mí que por otra
cosa, que soy yo la caxa de sus secretos, y vienen dos vanqueros por padrinos. So
lo por vella no’s partáys, que ya vienen. ¿Veysla? Pues, ¿de la fruta no tenemos? Vna
mesa con presutos cochos y sobreassadas, con capones y dos pauones y vn fay
sán, y astarnas y mile cosas. Mirad si viésedes a mi criado, que es ydo a cassa, y dí
xele que truxese dos coxines vazíos para lleuar faxadores y paños para dar a lauar,
por meter entre medias de lo mejor, y no viene. autor: ¿Es aquel que viene con el
otro Sietecoñicos? loçana: Sí, por mi vida, y su pandero trae. Mill cantares nos dirá el
vellaco. ¿Y no miráys, anillos y todo? ¡Muéranse los barueros! sietecoñicos: Mueran por
çierto, que muy quexoso vengo de vuestro criado, que no me quiso dar tanticas
de blanduras. loçana: ¡Anda, que bueno vienes, borracha! Alcohol y todo. No te lo sopi
ste poner. Calla, que yo te lo adobaré. Si te miras a vn espejo, verás la vna çeja más
ancha que la otra. sietecoñicos: ¡Mirá qué norabuena! Algund çiego me querría ver. loçana:
Anda, que pareçes a Françisca la Fajarda. Entra, que as de cantar aquel cantar que dixi
ste quando fuymos a la viña a çená la noche de marras. sietecoñicos: ¿Quál, Vayondi
na? loçana: Sí, y el otro. sie
tecoñicos: ¿Quál? ¿Bartolomé del Puerto? loçana: Sí, y el otro. sietecoñicos: Ya, ya. ¿Ferreruelo? loçana: Esse mismo. sietecoñicos: ¿Quién está arriba? ¿Ay putas?
loçana: Sí, mas mira que está allí vna que presume. sietecoñicos: ¿Quién es? ¿La de
Toro? Pues razón tiene, puta de Toro y trucha de Duero. loçana: Y la seuillana. sieteco
ñicos: Las seys vezes villana, señores, con perdón. autor: Señora, no ay herror. Su
bí vos, alcuza de santero. loçana: Señores, no se partan, que quiero mirar qué es lo que
le dan los padrinos, que me va algo en ello. autor: Dezime, ¿qué dan los padrinos? con
pañero: Es vna vssança en esta tierra que cada uno da a la madre segund puede, y ha
zen veynte padrinos, y cada vno le da. autor: Pues no yvan allí más de dos con
la criatura. ¿Cómo hazen tantos? siluio: Mirad, aquella garrafa que traen de agua es la que
sobró en el baçín quando se lauaron los que tienen la criatura, y tráenla a casa, y de
allí enbíanla al tal y a la tal, y ansí a quantos quieren, y dizen que por auerse lauado
con aquel agua son conpadres, y assí enbían, quién vna cana de rasso, quién vna
de paño, quién vna de damasco, quién vn ducado o más, y desta manera es como
cabeça de lobo para criar la criatura hasta que se casse o se venda, si es hija. Pues no
tá otra cláusula que hazen aquí las cortessanas: prometen de se vestir de blanco o
pardillo, y dizen que lo an de conprar de limosnas. Y ansí van vestidas a espessas del
conpaño. Y esto de los conpadres es assí. autor: No se lo consentirían, esto y otras mill
superstiçiones que hazen, en España. siluio: Pues por esso es libre Roma, que cada uno haze lo que se le antoja agora, sea bueno o malo, y mirá quánto, que, si vno quiere yr vesti
do de oro o de seda, o desnudo o calçado, o comiendo o riendo, o cantando, sienpre
vale por testigo y no ay quien os diga mal hazéys ni bien hazéys, y esta libertad en
cubre munchos males. ¿Pensáys vos que se dize en balde por Roma Babilón, sino por
la muncha confusión que causa la libertad? ¿No miráys que se dize Roma meretrice,
siendo capa de pecadores? Aquí, a dezir la verdad, los forasteros son muncha causa, y
los naturales tienen poco del antiguo natural, y de aquí naçe que Roma sea meretri
çe y concubina de forasteros y, si se dize, ¡guai quien lo dize!, haz tú y haré yo y mal
para quien lo descubrió. Ermano, ya es tarde; vámonos y haga y diga cada uno lo
que quisiere. autor: Pues año de veynte e siete, dexa a Roma y vete. conpañero: ¿Por qué?
autor: Porque será confusión y castigo de lo pasado. conpañero: ¡A huir quien más pu
diere! autor: Pensá que llorarán los barbudos y mendicarán los ricos, y padesce
rán los susurones, y quemarán los públicos y aprobados o canonizados ladrones.
conpañero: ¿Quáles son? autor: Los registros del Jure ceuil.
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